REDACCIÓN.- El Colegio de Enfermería de Valencia (COEV) se suma a las advertencias de sobrecarga asistencial, la precariedad salarial y la falta de reconocimiento de las profesionales que trabajan en las residencias valencianas. Una situación que pone en peligro la profesión y que puede desembocar en una crisis grave si la incidencia del coronavirus sigue aumentando y estos centros se quedan sin la cobertura de cuidados necesaria para los usuarios.
La situación de los contagios durante los meses más duros de la crisis COVID han favorecido los contratos temporales en los hospitales y centros de salud, con el fin de poder cubrir la demanda clínica que generaba la pandemia, pero también han desembocando en que “las enfermeras huyan de los centros residenciales porque los sueldos son más bajos y se suele trabajar en peores condiciones”, según critica el presidente del Colegio de Enfermería de Valencia, Juan José Tirado.
“Hace uno días lo denunció el diario El País en un demoledor artículo en el que se pone de manifiesto que en España hacen falta ya 15.000 enfermeras para cuidar a nuestros mayores en estos centros. Y la previsión a cinco años no es esperanzadora ya que en este tiempo se estima que el número de profesionales que harán falta alcance los 40.000”, expone Juan José Tirado, quien advierte de que las quejas de enfermeras de estos centros sobre sus condiciones laborales “son un goteo constante y acaban por dejar sin el suficiente personal en los geriátricos. De hecho, al COEV llegan muchas las ofertas de empleo de residencias que no encuentran enfermeras por la fuga que se está produciendo, durante la pandemia, a hospitales y centros de salud”.
Las residencias de mayores se enfrentan al desgaste y el agotamiento de unos profesionales que en muchos casos acaban por decir basta y continuar con su carrera profesional en otros ámbitos en los que la carga asistencial es menor y el sueldo mayor. “Me pagan más, tengo una carga de trabajo razonable y estoy contenta”, resume una de las enfermeras que ha participado en el artículo de El País y ha pasado por este calvario; ahora, trabaja en un hospital privado.
El periódico de ámbito nacional deja claro que la situación que denuncia no responde a un caso puntual, sino que se trata de algo generalizado que además del impacto negativo que tiene sobre nuestros profesionales deja a nuestros mayores desprotegidos. “Todo recae en los abuelos”, critica la misma enfermera. Infecciones, caídas, deshidratación… son más frecuentes en estos centros debido a esa escasez. La solución pasa obligatoriamente por contratar más enfermeras y reconocer su trabajo como se merece y, para ello, en este artículo se apuntan varias opciones.
La única no viable es mirar a otro lado y es que esta situación, de la que ya se viene haciendo eco el Colegio de Enfermería de Valencia hace tiempo, “como recoge también este artículo, requiere del compromiso y la determinación de nuestros políticos para atajar el problema. Por el momento, sin embargo, la cuestión sigue siendo obviada por la Administración valenciana, especialmente por la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas que dirige Mónica Oltra”, insiste el presidente del Colegio de Enfermería de Valencia.
Juan José Tirado recuerda que, aproximadamente, el 75% de las residencias de la tercera edad están en manos privadas y concertadas: “Desde la Administración se reducen los costes de los contratos para ahorrar al máximo y, por su parte, las empresas reducen la calidad de sus servicios (y los sueldos de sus trabajadoras) para poder obtener margen de rentabilidad. Un bucle que afecta a las enfermeras de estos centros pero, también, a los usuarios que ven como merman las atenciones”.