REDACCIÓN.- El Colegio de Enfermería de Ourense ha organizado una jornadas formativas dirigidas a sus profesionales para conocer a fondo el problema de la trata de seres humanos y cómo actuar si se detecta un caso. Las jornadas, que empiezan a impartirse hoy a las 16.30 en el salón de actos del Colegio y continuarán los próximos 19 y 21 de enero, correrán a cargo de Pilar Manso, fiscal de extranjería de la provincia de Ourense.

La trata de personas

En España, según datos del Ministerio de Interior, se estima que unas 45.000 personas son víctimas de trata en alguna de sus formas: explotación sexual, tráfico de órganos, mendicidad forzada… Este dato, que llevado al ámbito internacional supera los 4 millones, es una estimación y se calcula que por cada víctima identificada hay 20 más sin detectar.

Además, según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, estas víctimas son en su mayor parte mujeres, concretamente, dos terceras partes. Su destino suele ser la explotación sexual en casi un 80% de los casos, le siguen la explotación laboral y los trabajos forzados. En el caso concreto de nuestro país, señalan desde la Universidad de Comillas, crece el porcentaje de víctimas de trata entre los 18 y los 25 años. En este sentido, cabe destacar que España es el primer país en consumo de prostitución y el tercero del mundo.

Aunque la ciudadanía es consciente de la existencia de este grave problema, según explica Pilar Manso, “la sociedad no quiere verlo” y eso es en sí mismo un obstáculo para ponerle freno. Hacer partícipes a las enfermeras de la lucha contra la trata, asegura, puede ayudar en la detección de casos y puesta en marcha de los mecanismos de alerta y ayuda, como se ha visto en el caso de la violencia de género.

La inclusión de la enfermería en la detección de víctimas de trata es una reivindicación de la enfermería tanto a nivel internacional como nacional. De hecho, el Consejo General de Enfermería ha pedido al gobierno un plan de acción que incluya programas de formación específicos para enfermeras en los que se les den las claves para poder indicar que una persona está siendo víctima de trata.

En esta línea, el Colegio de Enfermería de Ourense ofrece desde hoy esta formación específica: “La enfermería, pieza clave en la lucha contra la trata de seres humanos”. Unas jornadas formativas en las que Pilar Manso compartirá sus conocimientos y experiencia en la lucha contra esta actividad delictiva, centrándose en la importancia de la enfermería como elemento clave en su lucha. “Me siento realmente afortunada por ser la encargada de esta formación porque es una reivindicación que las enfermeras han venido solicitando desde hace tiempo. Para mí es un orgullo que el Colegio de Enfermería de Ourense apueste por formar a sus profesionales en la lucha contra una problemática de tal calado a nivel nacional e internacional como es la trata de humanos”, afirma Pilar Manso.

Las víctimas

Las víctimas de este delito son mayoritariamente mujeres de Latinoamérica, Europa del Este y África que se han visto forzadas a salir de su país: “No es cierto que las personas que ejercen la prostitución lo hagan como una elección libre. Muchas se ven forzadas a hacerlo porque forman parte de familias de 8 o 10 miembros donde se las ve como una fuente más de ingresos”, dice Manso. Y es que, en muchos casos, la persona que explota a la víctima es un familiar cercano, un padre o un hermano, que en muchos casos “lleva abusando de la víctima durante años en el propio hogar”.

Cómo se reclutan

La promesa de una vida mejor en el país de destino es una de las promesas que se hace a la víctima, especialmente a las menores, y aquí entra en juego la figura del lover boy: “Las organizaciones se encargan de que la persona que capta sea un hombre joven, atractivo, elocuente. Esta persona seduce a la víctima y le asegura un futuro prometedor, con un buen trabajo y una casa en España”, cuenta la fiscal ourensana. Estas mujeres no descubren que han sido engañadas hasta que llegan al club o casa donde van a ser explotadas sexualmente.

Pero entre la captación y la llegada hay diferentes agentes implicados, normalmente en diferentes países. El ciclo habitual es: captación, transporte, traslado, acogida y, finalmente, recepción. Por eso es tan complicado desarticular una organización criminal de este tipo. “No se trata de una sola persona la que participa en la trata, sino que es una cadena: el que capta en el país de origen, el que se encarga del traslado entre países, el que recibe en el país de destino…”.

Cómo puede ayudar la enfermería

“La enfermería desempeña un papel esencial por encontrarse en lugares a los que muchas víctimas acuden solicitando asistencia. Tienen una posición ideal para contactar y detectar a mujeres que han sufrido trata y prostitución forzada”, analiza Manso.

Además, añade, “se trata de una profesional especialmente observadora. Si le damos las claves para detectar víctimas de trata de seres humanos veremos grandes avances”. No solo se trata de analizar a la propia víctima, hay hacer una valoración global: “Desde enfermería se tiene un trato directo y continuo con la víctima, que permite realizar una evaluación de la realidad y el entorno de esta persona. Nos ayudaría a obtener una gran cantidad de datos para que finalmente las autoridades podamos identificar a esa víctima”.

“Cuando una persona llega a urgencias, la primera profesional con la que está, antes incluso que el médico, es la enfermera, una figura que la víctima siente muy cercana, que puede confiar en ella”, explica la fiscal de Extranjería.

A pesar de ocupar un lugar clave, reconocer las señales que hagan sospechar que una profesional se encuentra ante una posible víctima de trata no es sencillo, porque lo habitual es que no manifiesten estar viviendo esta situación.

Algunas señales a las que prestar atención

La fiscal y docente de este curso expone algunos de los indicios a los que los profesionales sanitarios deben prestar atención para poder detectar estos casos. Por ejemplo, cuando acuden a un centro de Atención Primaria o a un centro hospitalario, acostumbran a no presentar ningún documento identificativo y suelen utilizar nombres falsos. “La actitud que la víctima suele mostrar es huidiza, incluso agresiva. Si le preguntas dónde se aloja, dirá que no conoce todavía bien la ciudad, que acaba de llegar; si te interesas por con quién vive, suelen decir que con una amiga que le presentó otra persona, que la deja quedarse unos días… Respuestas evasivas para evitar dar detalles sobre su dirección o residencia”, explica Pilar Manso.

Entre los servicios más demandados por estas víctimas se encuentran Atención Primaria, Urgencias, Obstetricia, Ginecología y Salud Mental. La tipología de las lesiones que puede presentar también son importantes para tratar de identificar a una víctima de explotación sexual, por ejemplo. Dientes rotos, cardenales, enfermedades de transmisión sexual o secuelas de abortos practicados de manera inadecuada son algunas de ellas. Es habitual también que presenten lesiones psíquicas y toxicomanía. Nos cuenta la docente del curso que “en ocasiones, lo primero que hacen a las mujeres que van a ser explotadas sexualmente es generarles una adicción a determinadas drogas. Una vez que son adictas, es más fácil tenerlas controladas”.

Estas son solo algunas de las claves que la fiscal Pilar Manso dará a las profesionales que acudan a estas jornadas formativas organizadas por el Colegio de Ourense y cuya asistencia es totalmente gratuita. Toda la información sobre el curso está disponible en su web.