REDACCIÓN.- Irritó a todo el mundo con unas declaraciones que rayaron lo inhumano cuando insinuó que el contagio de la auxiliar de enfermería, Teresa Romero, con el virus del ébola se debía a sus propios errores. Los profesionales sanitarios -con la Organización Colegial de Enfermería al frente, los partidos de la oposición e incluso el Partido Popular no dudaron en desautorizar y criticar duramente al consejero de sanidad madrileño, Javier Rodríguez, tras escuchar cómo cargaba las culpas sobre una profesional que sólo cumplió con su deber y asumió un riesgo de forma voluntaria por cuidar de unos pacientes como los misioneros Pajares y García Viejo. Sin embargo, Rodríguez no sólo no se retractó, sino que exhibió una chulesca actitud ironizando sobre si para saber ponerse el traje de seguridad había que hacer un máster. La tormenta mediática no le importó lo más mínimo a un consejero que se consideraba “bien comido” y con la vida resuelta mientras una persona de debatía -y se debate- entre la vida y la muerte. Sólo ayer y tras la sonrojante carta dirigida a su persona que escribió Javier Limón, el marido de Teresa, Javier Rodríguez se ha dignado a esbozar un amago de disculpa.
También mediante una carta, el consejero declaró ayer que “no fue su intención ofender” a la auxiliar de enfermería con las “desafortunadas manifestaciones” que realizó la semana pasada.
Cabe recordar que en las polémicas manifestaciones, Javier Rodríguez aseguraba que Teresa Romero “podría haber mentido” sobre la fiebre que tenía y la acusó de haber ocultado a los sanitarios que había estado en contacto con un paciente con ébola. Además, dijo que si la auxiliar había ido a la peluquería es que “no se encontraba tan mal”, y poco después, en un programa de televisión, ironizó sobre la falta de formación de los profesionales ante este tipo de casos: “Para explicarle a uno cómo quitar y ponerse un traje no hace falta tener un máster […] Indudablemente hay unos que tienen más capacidad de aprendizaje que otros”.
En la carta dirigida al marido de Teresa Romero, el consejero traslada sus disculpas y reconoce comprender que, en los “duros” momentos que están atravesando, sus palabras hayan podido causar “aún más malestar”., algo que no consideró cuando se expresó en esos términos ante los periodistas.
“Entiendo su malestar y el que pueda tener Teresa por estas afirmaciones pero quiero que sepa que no fue mi intención, en absoluto, ofenderla. Sé que son momentos muy duros para usted y su familia y por eso, comprendo que mis palabras hayan podido causar aún más malestar. Nada más lejos de mi intención que contribuir a ese dolor que está atravesando”, recoge la misiva del consejero.
A su vez, Rodríguez traslada su deseo de que Romero se recupere cuanto antes y que esa es ahora su “prioridad” en estos momentos. También añade que Romero es una “profesional acreditada” con una experiencia de más de 15 años, aparte de ser “una mujer comprometida como nadie”.
“Ella, como otros muchos excelentes profesionales, se presentó voluntaria para tratar a los misioneros afectados por el virus ébola y, por eso, merece todos mis respetos”, prosigue la carta del consejero.
“La excepcionalidad del momento que estamos atravesando, con una situación desconocida en nuestro país, provoca muchas confusiones. Quizá como fruto de ello yo he cometido un error en mis declaraciones. Le traslado mi disposición para lo que necesite usted, su familia y, sobre todo, Teresa”, termina la misiva.
Estados Unidos también se retracta, pero mucho antes
Pocos días después de conocerse la noticia del contagio por ébola de la auxiliar de enfermería Teresa Romero, se ha detectado en EEUU el caso de Nina Pham, una enfermera que también padece la enfermedad. Pham formó parte del equipo que trató al liberiano Thomas Eric Duncan, el primer paciente con ébola diagnosticado en Estados Unidos y que falleció la semana pasada en el Hospital Presbiteriano de Texas. Como en el caso de Teresa Romero, las autoridades han apuntado en primera instancia a un fallo humano, a pesar de que ni en uno ni en otro caso se ha podido demostrar dónde se rompió el procedimiento establecido.
En Estados Unidos, el director de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), Thomas Frieden, aseguraba que la enfermera Nina Pham no cumplió con el protocolo, añadiendo que eso demostraba que los hospitales del país están lejos de contar con el personal adecuadamente formado para combatir la enfermedad. El argumento de los CDC se basa en que las normas para la interacción con enfermos de ébola han funcionado siempre, por tanto, si algo va mal, la culpa no es de esas normas, sino de las personas que las aplican. De la misma manera, la Casa Blanca emitió un comunicado en el que se refería a una “aparente ruptura del protocolo”.
Las declaraciones vertidas por las autoridades estadounidenses sobre el caso de Nina Pham tuvieron rápida respuesta entre los profesionales sanitarios: “Uno no designa un chivo expiatorio y le responsabiliza cuando hay un brote de una enfermedad. Hay un fallo del sistema, eso es lo que tenemos que corregir”, aseguraba Bonnie Castillo, enfermera y experta en asistencia en desastres en National Nurses United, que sirve tanto como sindicato como asociación profesional de las enfermeras en Estados Unidos.
Las críticas recibidas han llevado al propio director de los CDC a pedir disculpas por insinuar que la enfermera de Dallas que ha contraído ébola se contagió por incumplir el protocolo de seguridad: “Es una persona muy valiente que se puso en peligro por el bien de la sociedad y ahora está enferma (…) Lamento que diera la impresión de que se culpara a la enfermera de un incumplimiento del protocolo”, ha afirmado Frieden.
Eso sí, en Estados Unidos las autoridades se han retractado sólo 24 horas después de las desafortunadas acusaciones. En Madrid han tenido que pasar seis días para que el consejero de Sanidad haya emitido sus disculpas.