MIRIAM OLIVAS.- Cerca de 40.000 personas enfermeras siguen sin capacitación legal para prescribir en España. El motivo es que tanto Galicia como La Rioja todavía no han regulado la acreditación prescriptora de las profesionales de enfermería. Mientras tanto, la Comunidad de Madrid y Murcia solo la tienen en el sector público. Esta situación provoca una desigualdad entre las profesionales y entre territorios que se debe a una sentencia del Tribunal Supremo ante un recurso que interpusieron las propias comunidades para regular ellas mismas este aspecto fundamental para la sanidad en su conjunto. Por lo tanto, el ritmo de aprobación de las normas es irregular y crea desigualdades que impiden la construcción de un sistema sanitario fuerte y equilibrado.
“Llevamos tiempo insistiendo en que las administraciones tienen que poner en marcha estas normativas que permiten acreditar a las enfermeras porque, si no, lo que vamos a provocar va a ser una diferencia en la atención sanitaria y por lo tanto desigualdades e inequidad”, asegura el vicesecretario general del Consejo General de Enfermería, José Luis Cobos.
La prescripción enfermera repercute directamente a la calidad y seguridad del paciente. Es vital para agilizar la atención sanitaria, mejorar la eficiencia y aumentar la satisfacción laboral de los profesionales y, en consecuencia, de los pacientes. “El hecho de poner en marcha la capacitación de las enfermeras y su acreditación para poder prescribir medicamentos y productos sanitarios nos va a permitir agilizar mucho la atención al ciudadano. No tenemos que hacer que el paciente vaya al médico, que luego vaya a la enfermera, vuelva al médico, sino que en un acto la enfermera pueda, tanto detectar qué necesita, como recetárselo a través de una prescripción”, asegura el vicesecretario general del CGE.
Mejora del día a día
No solo a nivel general, ni en el ahorro, la prescripción enfermera es fundamental; también lo es para el día a día de pacientes muy concretos con tratamientos a largo plazo que verían acotados sus tiempos de espera asegurándose una mejor atención. “Las enfermeras en el día a día pueden dar una solución muy rápida, por ejemplo, en la cura de heridas cuando se necesitan determinados apósitos, determinadas medicaciones. En ese proceso que tiene el paciente que ella misma decida lo que necesita y se lo prescriba genera un ahorro de tiempo y es muy ágil. Para un paciente, por ejemplo, diabético, hipertenso, que, en la continuidad de su tratamiento, una vez ya prescrito por el médico, pueda contar con la enfermera en este sentido puede acelerar mucho más su proceso”, afirma Cobos.
Las consecuencias de la pandemia
La pandemia ha tenido unas consecuencias desastrosas para el conjunto sanitario. En este sentido, también ha influido negativamente en los procesos de aprobación de las normas que permiten prescribir a las enfermeras. La emergencia sanitaria ha ralentizado el proceso mucho más de lo habitual.
Sin embargo, la pandemia también ha expuesto las carencias del sistema de salud y se ha visto mucho más clara la necesidad de implementar la capacitación prescriptora. “También ha influido positivamente en la necesidad que tenemos de agilizarlo, por ejemplo, en el proceso de vacunación La vacuna no deja de ser un medicamento sujeto a prescripción médica y por la normativa que tenemos a nivel estatal la enfermera puede estar acreditada para iniciar esa vacunación sin deber tener una prescripción directa del médico y esto a la hora de poner en marcha la vacunación de la pandemia del coronavirus podría agilizarlo mucho más”, sentencia el vicesecretario general del CGE.