MARINA VIEIRA.- Un estudio elaborado por el Columbia Center for Children’s Environmental Health (Ccceh) ha demostrado que el contacto de las madres durante el embarazo con el bisfenol A (BPA) – un material muy común en productos como botellas de agua- puede acabar produciendo obesidad infantil a la edad de siete años.
El estudio, avalado por el Mailman School of Public Health (Nueva York), encontró que un 94% de las mujeres que formaron parte de él contaban con BPA en su orina. Este producto se puede encontrar de forma habitual en nuestra vida diaria, no sólo en botellas de agua, sino en latas de comida e incluso en algunas marcas de papel higiénico. No es la primera vez que se alerta de que estos componentes son nocivos para la salud, la Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea (EFSA) prohibió la utilización de este material en biberones ya en 2011 y aunque en 2015 concluyó en un dictamen que el material no era nocivo para la salud – en la exposición media a la que nos enfrentamos diariamente- actualmente se encuentra investigando sobre los potenciales perjuicios de este tipo de plástico en el sistema inmunitario de los niños. También se ha relacionado en numerosas ocasiones con el riesgo a desarrollar asma, ansiedad, depresión temprana en niñas o problemas de corazón en adultos.
La novedad de esta nueva investigación es que es la primera vez que relaciona el contacto con el material durante el embarazo y la obesidad infantil, además incluye el contacto con el BPA como un indicador extra de la obesidad: “este estudio prueba que una exposición prenatal al BPA puede contribuir a desarrollar indicadores de obesidad, aportando información del mismo modo que lo hace el tradicional índice de masa corporal” declara Lori Hoepne investigadora principal del estudio e investigadora en el Ccceh.
La investigación
Se analizaron muestras de orina y la composición corporal de los niños de 390 parejas de mujeres y niños. La exposición al BPA se determinó midiendo la concentración total de BPA y sus metabolitos en muestras de orina recogidas durante el tercer trimestre del embarazo de la madre y muestras de orina de los niños entre los 3 y 5 años de edad. El peso y la talla de los niños fueron medidos entre las edades de 5 y 7 años, también se recogió cierta información adicional del cuerpo de los niños como masa corporal o circunferencia de la cintura en niños de 7 años.
Los investigadores a cargo del estudio, al analizar los resultados, se dieron cuenta de que la exposición prenatal al BPA estaba positivamente asociada con el índice de masa corporal. Los niños cuyas madres habían estado más expuestas al componente contaban con mayores niveles de adiposidad.
“La prueba de que la exposición prenatal al BPA está asociada con la obesidad infantil puede ser un importante factor a tener en cuenta en la epidemia de obesidad” declara Andrew Rundle, uno de los autores del estudio y codirector de la Iniciativa de Prevención de Obesidad del Mailman School. “Disruptores endocrinos como el BPA pueden alterar el metabolismo del bebé y alterar la formación de las células de grasa en los primeros años de vida” concluye el investigador.
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