REDACCIÓN.- Humanizar la asistencia sanitaria es, sin duda, uno de los retos a los que se enfrentan los sistemas de salud. Especialmente cuando se habla de colectivos de pacientes especialmente vulnerable. Es el caso de los pacientes ostomizados. Más de 70.000 personas en España viven con una ostomía, una intervención quirúrgica practicada a pacientes con algunos tipos de cáncer, enfermedades inflamatorias o que han sufrido un accidente, para conectarles a una bolsa que recoge su orina o sus heces. La calidad de vida de estos pacientes depende, en gran medida, de su acceso a cuidados médicos y enfermeros especializados. Los enfermeros y enfermeras estomaterapeutas, especializados en cuidar los estomas, aberturas quirúrgicas que conectan con estos dispositivos, son los profesionales de referencia para estos pacientes. Sin embargo, hasta el 35% de los pacientes ostomizados de hospitales públicos en España no tienen acceso a estas consultas de enfermería, de acuerdo con el Libro Blanco de la Ostomía, la primera radiografía de esta situación clínica en nuestro país, elaborada con las aportaciones de 500 profesionales y pacientes en colaboración con Coloplast.
Para mejorar esta situación, además de más recursos e implicación de las Comunidades Autónomas, es preciso aumentar la formación de los profesionales que atienden a estos pacientes. De acuerdo con las conclusiones del Libro Blanco de la Ostomía, “la no existencia de la especialidad de enfermería en estomaterapia hace necesario contar con otras vías de formación”. La Universidad Francisco de Vitoria, en Madrid, en colaboración con Coloplast, ha impartido la XIV edición del Curso de Experto en Cuidado Integral al Paciente Ostomizado. Este curso, cuya clausura se ha celebrado hoy en la Universidad madrileña, arrancó en el año 2005 y se ha convertido ya en todo un referente en la humanización de la asistencia sanitaria.
En estas 14 ediciones del curso, más de 300 enfermeros han obtenido el título que les permite ofrecer cuidados especializados a los pacientes ostomizados. Este título les capacita en España, así como a nivel internacional como estomaterapéutas, al ser el único curso acreditado por la WCET (World Council of Enterostomal Therapists).
“Los enfermeros estomaterapeutas tratan a diario casos muy complejos y evitan complicaciones en unos pacientes que prácticamente dependen de los cuidados especializados para desarrollar sus actividades diarias. Son, sin duda, una figura clave para avanzar en la humanización de la asistencia sanitaria en los hospitales españoles”. Así lo explica Eduardo García, Market Manager de la división de Ostomía de Coloplast.
Gema Casado, enfermera responsable del departamento de formación de Chronic Care de Coloplast, añade que “la clave para que el paciente tenga una buena calidad de vida es tener acceso a unos cuidados expertos, por ello sería necesario que todos los profesionales que tratan con pacientes ostomizados accedieran a una formación como la que hoy finaliza, que capacita al profesional en la variedad de funciones que deben realizar con el paciente desde el preoperatorio y durante todo su proceso”.
Por su parte, Ana Pérez, directora de Grado de Enfermería de la Universidad y directora del Curso Experto ha asegurado que “las características particulares de estas personas ostomizadas, con cambios de los hábitos intestinales y urológicos, cambios en la imagen corporal, la aceptación del diagnóstico, el tratamiento y los efectos secundarios, precisan una nueva adaptación tanto para el paciente como para quienes le rodean. A partir del momento en que se conoce el diagnóstico, se producen unos cambios en la vida del paciente y su familia que dependen de las situaciones individuales. El diagnóstico que recibe el paciente, y consecuentemente la familia, ponen un interrogante sobre la continuidad de las rutinas y hábitos diarios durante algún tiempo. Todo esto puede conllevar desde una mayor dependencia a la hora de tomar decisiones cotidianas, hasta un distanciamiento en las relaciones sociales, si no se aborda adecuadamente”. Por ello, “es necesario hacer hincapié en los efectos potencialmente negativos que, en el ámbito psicológico y espiritual, produce este diagnóstico en el paciente y su entorno, pudiendo provocar reacciones y síntomas que pueden influir en el proceso de recuperación del paciente”. “Tanto la Universidad cómo Coloplast -ha asegurado- trabajamos para no olvidar que cada individuo es único. Así como para favorecer la atención integral de la persona enferma, atendiendo y dando respuesta a todas las dimensiones de la misma, desde lo más puramente biológico hasta la atención espiritual”.
La Sociedad Española de Enfermería Experta en Estomaterapia (SEDE), a través de su presidenta Inmaculada Pérez, se ha dirigido a los alumnos a través de un comunicado para decirles que, a partir de ahora “queda la mejor parte, poder llevar a la práctica todos los conocimientos adquiridos en este curso con el paciente ostomizado”. “Os va a llenar de satisfacción responder sus dudas, solucionar sus problemas, evitándoles complicaciones y dándoles apoyo psicológico”, ha señalado, por lo que ha asegurado no tener “la menor duda de que vais a ser de gran ayuda”.
La formación, una demanda de pacientes y profesionales
La mayor presencia de profesionales de enfermería estomaterapeutas en los hospitales y centros de salud de nuestro país es una demanda constante de los pacientes, tal y como se recoge en el Libro Blanco de la Ostomía, que señala que los pacientes reclaman, de forma mayoritaria, más presencia de estos enfermeros en todos los niveles asistenciales. Quienes sí tienen acceso a estas consultas valoran como muy positivo su funcionamiento. El 98% de los pacientes percibe como “excelente” o “muy buena” la atención recibida por el estomaterapeuta. También el 90% de los profesionales sanitarios del sector (médicos coloproctólogos, urólogos y enfermeros estomaterapeutas) señalan que los enfermeros de cuidados generales deberían ampliar sus conocimientos para proporcionar unos cuidados más adecuados a estos pacientes.