GEMA ROMERO.- Mucho se ha dicho de la labor asistencial que han desarrollado las enfermeras durante la pandemia. Sin embargo, en los primeros meses, especialmente de febrero a junio de 2020, tanto el Consejo General de Enfermería como las distintas sociedades científicas de la profesión también tuvieron un papel relevante en la información y documentación técnica coordinada por el Ministerio de Sanidad, a través del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), destinada fundamentalmente a los profesionales sanitarios. Un desconocido papel de las enfermeras como asesoras durante la pandemia, que también es importante poner en valor.

Convocatoria con los médicos

Como recuerda Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería, “a finales de enero o principios de febrero de 2020 recibimos la convocatoria del Ministerio de Sanidad para participar en una reunión con sociedades científicas, todas médicas, con la participación de la Organización Médica Colegial y nosotros. El objetivo era hacer una serie de documentos técnicos y poder elaborar unas instrucciones de cara a afrontar la situación que se estaba produciendo en China y empezaba a extenderse a Italia. Era una situación preocupante y se quería estar preparado para saber cómo actuar por si llegaban casos a España”.

En un principio la participación de la enfermería iba a quedar en manos del Consejo, “pero nosotros decidimos que había que dar voz a las enfermeras, a través de las sociedades científicas, en todos los documentos que se hicieran, por lo que contactamos con todas ellas y creamos un grupo de trabajo online, coordinado por Guadalupe Fontán, enfermera del Instituto de Investigación del Consejo”, cuenta el presidente de las 325.000 enfermeras españolas.

Imagen de la reunión de expertos en coronavirus

Imagen de la reunión de expertos de las sociedades científicas de enfermería (marzo 2020)

En una primera reunión semipresencial se explicó a los representantes de las asociaciones y sociedades científicas cómo estaba la situación. Su respuesta no se hizo esperar, todas manifestaron su interés en colaborar.

Proceso

“Yo coordinaba la opinión de las enfermeras, en función del documento en concreto que estuviéramos trabajando contactaba con unas sociedades u otras y trasladaba la opinión conjunta de las enfermeras, la visión de los cuidados enfermeros, para unirlo a la parte médica, facilitando así el trabajar con grupos más reducidos, pero garantizando la visión enfermera”, cuenta Guadalupe Fontán. Sin embargo, tanto la Asociación Española de Enfermería de Prevención y Control de Infecciones (Aeepyci) como la Asociación de Enfermería del Trabajo (AET) participaron en todos los trabajos.

En principio, como explica Inmaculada Fernández, presidenta de Aeepyci, “el Ministerio se encargaba de elaborar un primer borrador y lo remitía al Consejo que nos lo hacía llegar. Funcionábamos como un comité de expertos en el que dábamos nuestra opinión pues, sobre todo en los primeros tiempos, apenas había evidencia científica disponible y mucho menos que hubiese sido revisada por pares, aunque cualquier publicación que se conocía también la revisábamos”, señala Fernández. Y ello, como en su caso, tras trabajar más de 12 horas en la UCI COVID, que es donde la trasladaron los primeros meses de la pandemia, pues todos los expertos compaginaron su labor de asesoramiento con su puesto de trabajo.

Aportaciones enfermeras

Toda la documentación que elaboraron iba dirigida a los profesionales sanitarios. Como explica Ana Guerra, presidenta de la Asociación de Enfermería del Trabajo en Castilla y León, “entre las aportaciones que se incluyeron a propuesta de las enfermeras estaban el aislamiento de las personas asintomáticas, pues empezó a aparecer evidencia científica de que también contagiaban y queríamos que se las aislara igual que a las personas con síntomas”. “En el tema de las cuarentenas, especialmente de los sanitarios, insistimos en la necesidad de esperar tres días sin síntomas antes de la incorporación al puesto de trabajo, o bien el contar con una prueba negativa antes de su vuelta a la atención sanitaria, y si no, no se podía dar el alta a esa persona”, añade Guerra.

Para Inmaculada Fernández, “las enfermeras también fuimos muy insistente en entender que en la vía de transmisión seguro que también estaba los aerosoles. No había datos, no había evidencia, pero los que tenemos mucha experiencia, cuando teníamos tantos sanitarios contagiados, nos decía que era segura la transmisión por aerosoles”, como luego así se demostró, subraya Fernández, miembro en representación de Europa del grupo asesor de la OMS en materia de prevención de infecciones.

“En lo que no nos hicieron caso -señala Fontán- fue en el material de protección necesario para los profesionales. Nosotros siempre queríamos ir a niveles máximos de protección y no fue posible, pero más bien por la escasez de material”. Como subraya Guerra, “nuestro argumento era que se diera protección a todos los trabajadores en función del tipo de atención que hicieran, independientemente del diagnóstico de la persona a la que atendían, y no sólo para aquellos que atendían casos positivos”.

Balance

Pero más allá de las aportaciones concretas, para Ana Guerra también fue muy importante la unión y el trabajo conjunto de todos los implicados. “Yo pondría en valor el trabajo de todas las sociedades enfermeras que participaron y donde todos estábamos al mismo nivel, tanto sociedades médicas como las sociedades enfermeras”. Para estas expertas, aunque es cierto que las enfermeras forman parte de otros comités asesores, sí que es cierto que la coordinación y la forma de trabajar han sido todo un ejemplo a seguir.

En total, 10 sociedades científicas de enfermería participaron en el desarrollo de siete documentos técnicos, con ocho áreas de distintas competencias, y un total 19 de revisiones.

En junio de 2020 esta colaboración con el Ministerio de Sanidad llegó a su fin. “Hubo un cambio en el equipo del CCAES con el que nos coordinábamos y dejaron de solicitar nuestra opinión en las distintas revisiones de los documentos”, concluye.