ALICIA ALMENDROS.- Las enfermeras oncológicas están expuestas a pacientes muy complejos con unas necesidades más potentes. “Se enfrentan a situaciones como la muerte, o a momento que quizás no tienen un éxito final. Y eso, quieras o no, hace sufrir a los pacientes, pero también a las enfermeras que les cuidan”, ha explicado Teresa Llácer, directora de Enfermería de la Clínica Universidad de Navarra en la sede de Madrid, durante el coloquio “Desgaste emocional: detección, prevención y solución de la enfermera oncológica”, celebrado en la Facultad de Enfermería de la Universidad de Navarra en el que han participado varias directoras de enfermería y más de 115 profesionales de centros públicos y privados.

“Es un tema muy preocupante sobre todo teniendo en cuenta la falta de enfermeras”, ha resaltado Andión Goñi, directora de Enfermería del Hospital 12 de octubre de Madrid. “Tenemos profesionales muy jóvenes a los que tenemos que cuidar y formar. Por eso, es importante que las enfermeras de Oncología conozcan los síntomas de este desgaste emocional para poder corregirlos los antes posible”, ha añadido.

Para Esther Rey, directora de Enfermería del Hospital La Paz de Madrid el desgaste emocional está relacionado en muchas ocasiones “con el tiempo que tienen para poder atender a una demanda tan alta en cuidados emocionales. Las enfermeras reclaman más reconocimiento y formación para poder desarrollar unas habilidades que les ayude en su día a día”.

Cambio en el paciente

Gema González, vicepresidenta de la Sociedad Española de Enfermería Oncológica (SEEO), ha afirmado que “el paciente oncohematológico ha cambiado y la enfermería debe hacerlo también para estar acorde con las necesidades que tienen nuestros pacientes. Desde la SEEO consideramos necesaria una especialización y que exista un reconocimiento, para poder contar con los mejores profesionales posicionados en aquellas unidades donde es necesario tenerlas. Es decir, necesitamos enfermeras formadas en esas unidades y que no las manden a otras, de modo que sus conocimientos y aportaciones sean beneficiosas para el paciente y su familia”.

Y es que uno de los problemas en el que todas coinciden es que el no contar, en muchas ocasiones, con gente formada y con experiencia en las unidades “provoca un desgaste tanto en las enfermeras veteranas que tienen que estar formando a compañeras nuevas continuamente como para el profesional que entra nuevo a una planta de oncohematología y no sabe bien cómo actuar”, añade la vicepresidenta de la SEEO.

Formación adicional

 “Yo creo que es muy importante el conocimiento. Las enfermeras de práctica avanzada en Oncología que tienen roles de investigación y de conocimiento avanzado nos permiten trabajar este desgaste emocional propiamente para uno mismo y también para el resto de sus compañeros. Una enfermera de práctica avanzada puede detectar en el resto de sus compañeros este desgaste emocional y trabajar con ellos para que esto no ocurra”, afirma la directora de Enfermería del Hospital 12 de octubre.

Conocimiento

Durante este encuentro, se han destacado las estrategias de prevención y manejo que se pueden desarrollar desde las direcciones de Enfermería para reducir el desgaste emocional. “Una herramienta importante es conocer bien al paciente oncológico y tener pasión por cuidarlo. Creo que todas las medidas que se puedan hacer de formación en ese sentido pueden aliviar, porque cuando conoces el contexto en el que estás y las necesidades del paciente oncológico es más fácil que salgas al paso de esas necesidades o que comprendas determinadas situaciones. Así es como puedes ayudar mejor y acompañar al paciente oncológico”, afirma Llácer.

Pero, además, la enfermería oncohematológica “necesita una formación adicional, no sólo clínica si no de habilidades de comunicación o de cómo abordar ciertas situaciones y comunicar malas noticias, porque es algo que se repite muy a menudo”, apostilla González.