RAQUEL GONZÁLEZ ARIAS.- El Colegio Oficial de Enfermería de Cantabria acaba de publicar su “Guía básica para el cuidado del sistema inmune”, una herramienta que da las pautas para adquirir hábitos de vida que contribuyan a nuestro bienestar, nos ayuden a prevenir la enfermedad y, en su caso, la afrontemos en las mejores condiciones. Como explica su autora, la enfermera Natalia Constanzo, ante la incertidumbre que hemos vivido en los últimos meses en torno al coronavirus, “si algo sabemos es que nuestro estilo de vida condiciona nuestra salud. Los conocimientos que actualmente tenemos de la Covid-19 dejan patente esto, que el estilo de vida y el estado de salud previo de las personas condicionan sobremanera el pronóstico de la enfermedad. Personas con enfermedades crónicas como diabetes, obesidad, hipertensión… y aquellas que son fumadoras tienen más riesgo de sufrir complicaciones”.
La guía recoge de forma detallada y amena múltiples aspectos que pueden influir en que tengamos o no buena salud y las claves para mejorarla porque si algo tiene claro esta enfermera es que “siempre se puede hacer algo para mejorar”.
Entre las estrategias que se plantean se encuentran la de una alimentación saludable, con ejemplos de alimentos que por sus propiedades pueden ser más beneficiosos, y el ejercicio físico, cuyos beneficios han sido demostrados en numerosos estudios. También se insiste en la importancia de controlar y regular el estrés ya que, como apunta esta enfermera, “el ser humano no está preparado para vivir en un estrés continuo y en las últimas semanas esto nos ha afectado mucho”. Por ello, la guía explica qué podemos hacer para aprender a modularlo.
Los ritmos circadianos
Asimismo, se hace hincapié en la importancia de los ritmos circadianos y es que, como apunta Natalia Constanzo, “debemos intentar hacer vida durante el día, acostarnos temprano y no cenar mucho; apagar las pantallas antes de irnos a dormir, para evitar esos estímulos lumínicos que nos perjudican, y fomentar un ambiente tranquilo y de descanso”. Y en este sentido, hace hincapié en que debemos “dedicar tiempo a dormir” ya que “si una persona no descansa, paga un alto precio porque su organismo va a dejar de hacer funciones que son indispensables como segregar hormonas, regenerar tejidos, eliminar toxinas… En las personas que no duermen se disminuye la actividad de las células natural killer, se incrementan marcadores inflamatorios…”.
El ayuno
La guía dedica también un apartado especial al ayuno, una herramienta que, según Natalia Constanzo, “mejora la sensibilidad a la insulina, haciendo que disminuyan todos los marcadores inflamatorios. Y en procesos oncológicos hay muchísimos estudios que apuntan cómo el ayuno limita el crecimiento de las células tumorales y hace que la quimioterapia sea mejor tolerada. Son muchísimos los beneficios”.
Sin embargo, el ayuno hay que hacerlo adecuadamente e incluso entrenarlo. “La forma más sencilla de empezar a practicarlo es cenar poco y pronto y desayunar un poco más tarde, habiendo transcurrido 12 horas. Y si además practicamos un poco de ejercicio antes de desayunar, todavía mejor. Otros tipos de ayuno, como el intermitente a 16 horas, requieren algo más de entrenamiento. Lo importante es que entendamos que nuestra alimentación tiene que ser óptima”.
Los resultados
La adopción de los distintos hábitos que se proponen tienen un efecto positivo en nuestro organismo, efecto que en ocasiones puede aparecer en un corto espacio de tiempo. Si tomamos como ejemplo el del sueño, nos dice Natalia, “la mejoría puede aparecer a los pocos días”. Además de pautas para dormir bien, la guía recoge también posibles suplementos nutricionales que indicados por un profesional experto en la pauta adecuada pueden ayudarnos a recuperar el sueño. Es el caso, señala, de la melatonina. “Esto -advierte- no quita el que haya que seguir buscando las causas por las que se duerme mal, pero a los pocos días, el organismo ya nota la mejoría”.
Enfermeras, esenciales
Como explica esta enfermera, la suya es una profesión esencial cuando se habla de educar a la población en hábitos saludables para que, de alguna forma, “tomen las riendas de su autocuidado” y, para ello, guías como esta son una herramienta “útil, fácil de entender, amena y rigurosa”.