ÁNGEL M. GREGORIS.- El Gobierno vuelve a fallar a los enfermeros y no aprobará el Real Decreto de prescripción enfermera en el próximo Consejo de Ministros –penúltimo de la legislatura-, tal y como prometió el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, a través del director general de Cartera Básica de Servicios del SNS y Farmacia del Ministerio de Sanidad, Agustín Rivero, durante las jornadas que la profesión celebró el pasado fin de semana en Aranjuez. “El ministro me ha dicho que os haga llegar su promesa de que el Real Decreto de prescripción enfermera irá en el próximo Consejo de Ministros”, decía Rivero el pasado viernes.
Promesa firme que finalmente ha quedado en nada tras la decisión de los secretarios de Estado y subsecretarios de no incluir la norma en el orden del día del Consejo que se celebrará este viernes, 16 de octubre, tal y como han confirmado fuentes oficiales del Ministerio consultadas por Diarioenfermero.es.
Esta noticia supone un nuevo revés para la profesión enfermera, que lleva seis años esperando a que se apruebe un desarrollo normativo de la prescripción enfermera y tras más de 80 versiones del Real Decreto, sigue sin materializarse.
Ante este retraso, la Mesa Estatal de la Profesión Enfermera, formada por el Consejo General de Enfermería y el sindicato SATSE, tiene prevista una reunión en las próximas horas para decidir cómo actuar a partir de ahora. Y es que, el Gobierno ya sólo tiene una oportunidad más para cumplir lo que lleva prometiendo desde que el pasado 30 de julio de 2013 el Ministerio de Sanidad firmase el Pacto por la Sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud con médicos y enfermeros en presencia del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
De no aprobarse la próxima semana, la enfermería seguirá sin tener un desarrollo normativo de esta práctica, y por lo tanto, cada vez que un enfermero tome una decisión respecto a un medicamento, seguirá expuesto a una denuncia por intrusismo profesional, cuando en la práctica, estos profesionales prescriben numerosas veces a lo largo del día. Cada vez que administran un calmante a un paciente quirúrgico en caso de dolor; utilizan cremas –a veces con antibióticos- o apósitos medicamentosos para curar heridas, quemaduras o úlceras por presión; regulan la medicación a los pacientes crónicos en las consultas de enfermería, como es el caso de diabéticos o pacientes anticoagulados; administran vacunas al pacientes, tanto pediátricas como de adultos, etc.