DAVID RUIPEREZ / FERNANDO RUIZ.- Entrevistamos a la enfermera investigadora Pilar Serrano Gallardo, que posee un amplio curriculum profesional y académico. Además, ha recibido recientemente la prestigiosa beca Marie Curie de la Unión Europea, por una extensa y productiva investigación acerca de los determinantes sociales de la salud y de las desigualdades en población migrante en torno al Brexit. Gallardo nos explica también cuales serían las condiciones óptimas para que las enfermeras puedan desarrollar su labor investigadora de manera óptima y aprovecha para lanzar un mensaje de optimismo en cuanto al liderazgo enfermero.
Seguimos sumidos en la lucha contra la pandemia de COVID19, desde tu perspectiva enfermera queríamos que nos valorases la lucha titánica que han tenido que llevar a cabo las profesionales y también, dado que conoces bien el tema de las poblaciones vulnerables, si el impacto del COVID-19 sobre todo en algunos países, pero también en España puede ser un factor más de desigualdad social
Pues sin lugar a duda es así. Yo llevo muchos años trabajando con el tema de las poblaciones vulnerables y de hecho mi tesis doctoral giró sobre las desigualdades sociales en salud. Cuando estuve en Brasil, en una estancia académica, coincidiendo con el inicio de la pandemia, empezó a venir a mi mente el impacto tan terrible que iba atener este virus en las poblaciones vulnerables y las desigualdades que iba a generar. Empecé a escribir entonces un artículo editorial que se publicó hace unas semanas en la revista Enfermería Clínica sobre la vulnerabilidad que late desde el principio en la COVID-19. Tras esta producción tan ingente que ha habido de investigaciones, ya se ha puesto de manifiesto como, por ejemplo, todo lo que tiene que ver con el ambiente laboral referido al virus está teniendo los mayores impactos. Hay muchas personas que han perdido el trabajo, hay muchas personas que han precarizado más su trabajo. Sabemos ya perfectamente, con sistemas de información geográfica, como las zonas más afectadas en nuestro país y en otros países están siendo aquellas donde la población trabajadora tuvo que estar más tiempo trabajando, donde no pudo confinarse. Los brotes que están apareciendo en nuestro país o en Alemania tienen que ver con empresas donde las personas no pueden mantener la distancia de seguridad. Todo esto a nivel de seguridad está claro. El impacto en la población trabajadora, y especialmente en la población migrante es innegable. Pero tenemos otro polo muy significativo que tiene que ver con la vulnerabilidad y son los sistemas de confinamiento: cuarentenas, aislamientos… todo tipo de medidas de inhibición de las relaciones personales y las relaciones sociales están creando ya muchos problemas de salud, que igualmente están afectando a personas más vulnerables. ¿Quiénes son los más vulnerables? Las personas mayores. Lo hemos visto en las residencias de una manera clara y rotunda. También tenemos a las personas que tienen problemas de salud mental, que están sufriendo realmente todo ese impacto, como las mujeres expuestas a violencia de género. Estas cuestiones, que tienen que ver con romper los vínculos relacionales y el mundo del trabajo, están poniendo en riesgo la COVID-19 y es lo que clásicamente afecta a las poblaciones vulnerables y genera desigualdades sociales en salud. Se veía venir. Ya lo tenemos ahí y es mucho peor como está demostrando ya la epidemiología en países donde las desigualdades sociales, y en muchos países ni siquiera sabemos lo que está ocurriendo
¿Cómo valoras el trabajo de las enfermeras, que se han visto sorprendidas por todo esto y sin embargo lo han dado todo y han hecho una labor increíble reconocida por la sociedad?
En este artículo que mencionaba anteriormente, también señalaba que es paradójico lo que nos ha tocado vivir a las enfermeras. Justo en el Año Internacional de la Enfermera y la Matrona, en esta clausura de Nursing Now nos ha tocado vivir esta situación que creo que debemos ver como una oportunidad para visibilizarnos. Creo que no nos hemos visibilizado lo suficiente hasta ahora en esta pandemia. Creo personalmente que hemos dado mucho y se está viendo poco. Tenemos oportunidad de visibilizarnos, pero tenemos que hacer actos para ello. Por hacer bien nuestro trabajo, por contribuir de una manera magnífica a resolver esta situación, a dar apoyo a la gente, a cuidar, a prevenir… todo lo que estamos haciendo es muy importante pero no se está dejando ver lo suficiente. Yo creo que ahí tenemos que desempeñar roles de liderazgo, pero no solamente desde los gestores o las personas que están posicionadas en puestos altos. Hay que trabajar el liderazgo en la base. Las enfermeras deben tener otra conciencia de lo que hacen
¿Cómo conseguimos para que una enfermera de a pie, que trabaja en un centro de atención primaria o en un hospital tenga ese rol, ese empoderamiento y asuma el papel que le corresponde sin menospreciar a otros, pero dando ese paso adelante que a veces no hemos dado como profesión?
No es fácil dar una receta rápida sobre esto, pero a lo largo de mi vida, en la interacción muchos estudiantes, con muchas enfermeras, en muchos ámbitos, he descubierto que la solución pasa primero por creértelo, por creerte tú misma que eres valiosa. La filosofa de la cortina hablaba del valor intrínseco de una profesión. Pienso que muchas enfermeras no saben cuál es su valor intrínseco. Creen que son muy valiosas, pero no han identificado las claves que son genuinas, que son auténticas, solamente de las enfermeras. Y todo esto, para jugar un papel diferenciador de otros lo tienes que saber. Distinguirte con ese papel intrínseco, con ese rol que solamente puedes tú desempeñar con la sociedad, creértelo y tener realmente una comunicación de igual a igual con todas las personas con las que trabajas son las claves. Porque también aquí tenemos fallos, hay un sentido de jerarquía en las instituciones que no ayuda nada que un profesional se coloque en un puesto de reconocimiento social. Y es que los profesionales, cuando todos son valiosos, no hay jerarquía. La institución además asume esa jerarquía como algo normal. Existe el pensamiento de que el jefe de servicio tiene siempre que ser un médico y esto no ayuda a que las enfermeras tengan ese protagonismo que no tienen por qué ser superior, sino simplemente de igual a igual: líderes que a veces llevarán equipos con otros profesionales y a veces formarán parte de equipos.
Las enfermeras que si quieren asumir liderazgo pueden mirarse en tu espejo porque recientemente recibiste la prestigiosa beca Marie Curie. Cuéntanos más sobre ese proyecto de investigación que estás haciendo ¿En qué punto se haya?
Llevo trabajando intensamente un año. Firme el gran acuerdo a nivel europeo en Bruselas en abril y quisiera resaltar de esta beca que es la culminación de un proceso de muchos años. Un proyecto como este no se gesta en una trayectoria corta. Esta investigación gira precisamente sobre los determinantes sociales de la salud, de las desigualdades en población migrante y en el contexto de una ruptura como es el Brexit, que colocó en una altísima vulnerabilidad a poblaciones que no solamente tendrían que salir de Inglaterra, sino que puedan llegar a ese país. La investigación es un caso estudio de como precisamente las políticas podrían afectar a migrantes a sus derechos en todo el entorno europeo. Quiero resaltar que una enfermera puede hacer una investigación de esta naturaleza. Las enfermeras no tenemos por qué limitarnos a hacer una investigación centrada en los cuidados enfermeros. Las enfermeras tenemos que hacer aportaciones al mundo valiosas para toda la sociedad, y eso lo dejó clarísimo nuestra gran Florence Nightingale. Cuando ella estaba tratando de erradicar la muerte en los campamentos de Crimea, cuando estaba colaborando con Joe Snow en la epidemia de cólera en Londres, no pensaba si era un cuidado enfermero específicamente. Lo que Florence si sabía es que era una aportación de las enfermeras a la salud del mundo. Yo reivindico que las enfermeras estemos haciendo una investigación que le sirva a todo el mundo y que la lideremos.
Sin embargo, una enfermera que está en un hospital siempre alega que no tiene tiempo para investigar. Una enfermera que está en un hospital y que podría hacer una investigación clínica muy interesante no puede hacerlo porque para eso igual tiene que hipotecar su vida familiar ¿Es cierto que se ponen muchas trabas a la investigación de las enfermeras?
Si, hemos entrado muy tarde al circuito académico, tanto España en general como las enfermeras en particular. Esto pasará una factura importante durante al menos una década, y eso que en nuestro país vamos muy deprisa. En España tenemos realmente logros magníficos en poco tiempo, pero no hay otro camino para lograr el espacio de reconocimiento de la investigación si no es con un entorno académico claro, con una proyección clara. Una enfermera no puede estar haciendo investigación en su puesto de trabajo y dedicarle todo lo que requiere la investigación. Para eso hay iniciativas muy interesantes, como por ejemplo el programa PERIS en Cataluña y otras iniciativas para permitir que haya enfermeras con investigación intensiva. No se puede tener investigación sin una formación que debe garantizarla en doctorado, y sin tener el tiempo y los recursos, que deben ser a través de becas y programas formativos predoctorales. Una enfermera clínica no puede hacer una investigación por las noches, o los fines de semana, o los días libres en su casa. Tiene que darse la estructura con compromiso por parte de las instituciones y entonces las enfermeras se van a subir a ese tren sin ninguna duda. Las enfermeras tienen magníficas ideas, falta estructura y formación reglada.