ANA MUÑOZ.- Durante mucho tiempo Lima fue conocida como “la ciudad de los balcones”, por sus ventanales cubiertos con artísticasbalaustradas y miradores profusamente labrados a cincel. Fueron construidos durante la época virreinal por personas adineradas que se establecían en la ciudad y servían para hacer alarde de riqueza y para poder mirar sin ser vistos, de acuerdo con las costumbres de la época.
El protagonista de El loco de los balcones, que acaba de aterrizar en el Teatro Español de Madrid, es Aldo Brunelli, un profesor italiano de Historia del Arte que se dedica, junto a su hija Ileana, a rescatar estos balcones coloniales. Pero eso termina cuando Ileana conoce a Diego, un joven arquitecto con el que contrae matrimonio, y pierde el interés en acompañar a su padre en la tarea de salvar los balcones.
El personaje principal está inspirado en un profesor que Mario Vargas Llosa, autor de la obra, conoció en la Lima de los años 50 y a cuyas clases asistía como alumno libre. Su nombre era Bruno Roselli y se desesperaba viendo desaparecer los balcones, así que pasaba sus días tratando de movilizar la conciencia de los limeños para impedirlo.
El loco de los balcones es la tercera obra del Premio Nobel de Literatura que se representa en el Teatro Español, tras La Chunga y Kathie y el hipopótamo. Puede verse en su sala principal desde el 17 de septiembre y hasta el 19 de octubre.
Escrita en 1993 y definida por su propio autor como una tragicomedia, se trata de una emotiva y sentimental historia, un homenaje al idealismo y al respeto al pasado. Una obra sobre la melancolía y la soledad que dirige con maestría Gustavo Tambascio. Su actor protagonista, el que interpreta a Aldo Brunelli es, nada menos, que José Sacristán.
Durante los días previos al estreno, el propio Vargas Llosa ha estado pendiente de la producción y asegura estar muy contento con el montaje: “Nunca he sentido que los montajes materializaran la idea que yo me había hecho de esta obra, pero estoy seguro de que esta será la definitiva. Entre otras cosas porque desde hace muchos años yo había pensado en Pepe Sacristán para encarnar el personaje principal del Doctor Brunelli. La lectura de la obra y del personaje que hace coincide milimétricamente con la idea que yo tenía al escribir la obra y creo que hace una maravillosa recreación del personaje”, ha dicho el premio Nobel.