REDACCIÓN.- El mal sentido del olfato puede ser una advertencia temprana de tener mala salud años más tarde, que va más allá de enfermedades neurogenerativas. De hecho, tan solo el 22% de las personas cuyos datos contribuyeron al estudio padecieron parkinson y un 6% pérdida de peso, el 70% restante aparentemente no tenían ningún riesgo de muerte y tan sólo tenían en común el haber perdido parte del olfato hace años. Así lo ha demostrado un estudio que se ha publicado en Annals of Internal Medicine. No es la primera vez que una investigación demuestra la relación entre el deterioro olfativo y el riesgo de morir de forma temprana. Sin embargo, es la primera vez que se ha estudiado si existen razones de raza o sexo que expliquen la relación entre mortalidad y pérdida de olfato.
El estudio se ha centrado en más de 2.000 adultos de 71 a 82 años. . Los participantes completaron una Prueba de Identificación de Olor Breve (BSIT) de 12 olores comunes y se les pidió que identificaran cada olor en una de cuatro opciones. Cada respuesta correcta recibió un punto. Usando la puntuación BSIT los investigadores clasificaron a los participantes con un sentido del olfato bueno, moderado o pobre. Los investigadores encontraron que un olfato pobre se asoció con una mortalidad 46 por ciento mayor en el año 10 y una mortalidad 30 por ciento mayor en el año 13 en comparación con un buen olfato.
La asociación fue sólida y no pudo explicarse por factores de confusión medidos, como las características demográficas, el estilo de vida y las condiciones de comorbilidad. Además, la asociación estuvo presente tanto en hombres como en mujeres y en participantes blancos y negros, lo que sugiere una amplia generalización. Sin embargo, la asociación se limitó en gran medida a los participantes que informaron una salud de buena a excelente en la línea de base del estudio, lo que sugiere que el mal sentido del olfato puede ser un marcador precoz y sensible para el deterioro no reconocido de la salud entre los adultos mayores. Los autores concluyen que muchos adultos mayores no saben que su sentido del olfato está disminuyendo y que rara vez se los analiza en busca de olfato deficiente en la práctica clínica y esperan que este estudio informe si las evaluaciones de olores deben incorporarse en los exámenes de rutina para adultos mayores.
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