MIRIAM OLIVAS.- El Ministerio de Sanidad ha dado a conocer este miércoles la puesta en marcha de un estudio sobre COVID persistente que arrancará las próximas semanas a través del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y tendrá como objetivo definir esta afección.

“Queremos impulsar un proyecto enmarcado dentro de una serie de actuaciones dirigidas a crear conocimiento sobre lo que se ha venido denominando COVID persistente en distintos medios científicos, foros de discusión… Se ha generado la incertidumbre sobre una serie de síntomas o signos que aparecen en muchas personas después de haber sido diagnosticados por COVID-19. En este sentido existe una persistencia que probablemente en algunos casos se confunde con las secuelas que puede tener la enfermedad o las secuelas de los tratamientos en cuidados intensivos”, asegura Cristóbal Belda, director del ISCII.

En este estudio se buscará establecer un consenso que tendrá que ser puesto en común por otros grupos internacionales, definir biológicamente qué es y los mecanismos por los cuáles una persona que desarrolla esta enfermedad puede tener como consecuencia este tipo de síntomas.

Una reivindicación del CGE

De esta manera, el Ministerio de Sanidad se hace eco de una problemática que desde el Consejo General de Enfermería (CGE) se lleva denunciando desde hace tiempo. En una nota de prensa emitida por la organización colegial se reivindicó la necesidad de que la Administración pública reconociera el COVID persistente como enfermedad profesional. Después de contraer la enfermedad ejerciendo sus funciones sin mascarillas, EPIS y en los peores momentos de la pandemia, los profesionales sanitarios denuncian que esto no está siendo así en la práctica.

Según los datos que recoge el CGE, 11.000 sanitarios se hallan en esta situación y 2.000 sufren una gran incapacitación. Los testimonios de dos enfermeras que, desde le sede de la institución, lanzaron un mensaje de advertencia sobre la enfermedad ponen de manifiesto la necesidad de realizar este estudio.

“Somos ancianas atrapadas en el cuerpo de una enfermera de 40 años. Nos ha afectado en el plano laboral y personal y hay muchos sanitarios en esta situación, pues algunos estudios indican que el COVID persistente, a largo plazo, afecta a uno de cada diez infectados. Muchos no podemos trabajar”, asegura Eugenia Díez, enfermera del hospital Doce de octubre de Madrid.

Síntomas neurológicos

En el caso de Natalia Ortiz, enfermera del Hospital Infanta Sofía, los síntomas neurológicos le están afectando seriamente a su día a día. “Me contagié en abril del año pasado, pasé cuarenta días en aislamiento porque no negativizaba la PCR y durante ese tiempo tuve cefaleas intensas, diarreas, conjuntivitis, dolor torácico, fiebre… Pensé que mejoraría pero no fue así. Notaba que había perdido muchísima memoria, no me concentraba, tenía olvidos continuos, dejaba el fuego puesto en la cocina… Sufría dolores articulares, taquicardias, me ahogo al hablar…”.

Estas declaraciones suponen un reflejo de la realidad que podrían sufrir más de medio millón de personas en España. En el caso de los sanitarios, el reconocimiento como enfermedad profesional se hace fundamental. El Gobierno anunció que estos casos serían considerados como tal, algo que no ha sucedido ya que no se ha reconocido en el Instituto Nacional de Seguridad Social (INS). Dando respuesta a esta pregunta, la ministra de sanidad, Carolina Darias, asegura que para ello es necesario definir muy bien la enfermedad. “Necesitamos saber a qué nos estamos refiriendo, una vez que tengamos esos ecosistemas de síntomas para que pueda haber un consenso sobre cuáles son aquellos que puedan enmarcarse en la definición de COVID persistente, veremos si puede haber una repercusión o no en materia de INS”.

Apoyo total

“Desde el Consejo General de Enfermería nos mostramos satisfechos con el impulso de este estudio y reiteramos que vamos a seguir apoyando a todas las enfermeras y enfermeros que se hallen en esta situación. Son testimonios dramáticos e indignantes. Vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para que el Instituto Nacional de la Seguridad Social declare enfermedad profesional estas secuelas tan importantes que tienen miles de profesionales sanitarios en nuestro país y para que esta problemática se siga visibilizando”, asegura el presidente del CGE, Florentino Pérez Raya.

En relación a la situación general de la población frente a esta enfermedad desde el Consejo General de Enfermería se quiere poner en alza la labor enfermera necesaria para detectar estos casos y sensibilizarse con los cuidados que necesitan estos pacientes. “Las enfermeras están muy atentas a este tipo de patologías porque deben identificarlas para que no pasen desapercibidas”, sentencia Pérez Raya.