D. RUIPÉREZ-. A lo largo de las últimas tres décadas, el número de adultos (de entre 39 y 70 años) que viven con hipertensión (HTA) se ha duplicado en todo el mundo. Así, de la estimación de 1990 que cifraba el número de hipertensos a nivel global en 331 millones de mujeres y 317 millones de hombres se ha pasado a 626 millones de mujeres y 652 millones de varones en 2019, con un especial incremento en los países con una renta per cápita baja o media. Así lo refleja un estudio internacional publicado en la prestigiosa revista The Lancet.
Los autores han analizado las mediciones de la presión arterial de más de 100 millones de personas durante 30 años en 184 países del mundo (el 99% de la población mundial). Para el estudio consideran como hipertensa a la persona que presenta una presión sistólica de 140 mm Hg (Milímetros de mercurio) o superior y una presión diastólica de 90 m Hg o superior. Se sorprenden de que a pesar de los pasos que se han dado para facilitar su diagnóstico y que los fármacos para tratar la hipertensión son accesibles y baratos casi la mitad de los afectados -41 por ciento de las mujeres y 51 por ciento de los varones no son conscientes de que padecen esta condición que puede conducir a problemas de salud muy graves. De hecho más de la mitad de las mujeres y seis de cada diez hombres no reciben tratamiento alguno. A nivel mundial, la hipertensión sólo se puede considerar como controlada -por ejemplo con medicamentos- en menos de un 25 por ciento de las mujeres y en uno de cada cinco hombres.
Más de ocho millones de muertes anuales
Las grandes mejoras en las tasas de tratamiento y control observadas en algunos países de ingresos medios como Costa Rica, Kazajstán, Sudáfrica, Brasil, Turquía e Irán durante las últimas tres décadas muestran que la expansión de la cobertura universal de salud y el fortalecimiento de la atención primaria han sido fundamentales para mejorando el cuidado de la presión arterial alta y reduciendo la carga de esta condición. Con algunos de estos países, como Costa Rica, logrando tasas de tratamiento y control tan buenas o mejores que muchos países de altos ingresos.
Una presión arterial elevada está relacionada con más de 8,5 millones de fallecimientos cada año en el mundo y es un factor de riesgo determinante para el ictus, la enfermedad isquémica y otras patologías vasculares y renales Algunos estudios muestran que bajar los niveles de tensión arterial puede reducir el número de ictus en un 35 o 40%; los infartos de miocardio entre un 20 y un 25% y el fallo cardiaco en un 50%.
Compromiso global
“A pesar de los avances médicos y farmacológicos durante décadas, el progreso global en el manejo de la hipertensión ha sido lento y la gran mayoría de las personas con hipertensión no reciben tratamiento, con un panorama menos favorable en los países de ingresos bajos y medianos”, dice el profesor Majid Ezzati, del Imperial College London (Reino Unido), autor principal del estudio.
“Nuestro análisis ha revelado buenas prácticas en el diagnóstico y tratamiento de la hipertensión no sólo en países de ingresos altos sino también en países de ingresos medios. Estos éxitos muestran que prevenir la presión arterial alta y mejorar su detección, tratamiento y control es factible en entornos de ingresos bajos y medios si los donantes internacionales y los gobiernos nacionales se comprometen a abordar esta importante causa de enfermedad y muerte”.
Para Ezzati resulta crucial fomentar “políticas que permitan a las personas de los países más pobres acceder a alimentos más saludables, en particular reduciendo la ingesta de sal y haciendo que las frutas y verduras sean más asequibles y accesibles, junto con la mejora de la detección, al ampliar la cobertura sanitaria universal y la atención primaria, y garantizar el acceso ininterrumpido a medicamentos eficaces”.
Los autores señalan que, si bien el estudio proporciona las primeras estimaciones comparables de la prevalencia, el diagnóstico, el tratamiento y el control de la presión arterial en adultos para todos los países del mundo, puede verse afectado por la falta de datos en algunos países, especialmente en Oceanía y el África subsahariana.
España
El estudio alerta del rápido crecimiento de la HTA en países desarrollados como Alemania, España, Canadá, Suiza y Reino Unido). Canadá y Perú presentan la proporción más baja de personas que viven con hipertensión en 2019, alrededor de 1 de cada 4 , mientras que Taiwán, Corea del Sur, Japón y algunos países de Europa occidental, incluidos Suiza, España y el Reino Unido, tuvieron las tasas más bajas de hipertensión en mujeres (menos del 24%), mientras que Eritrea, Bangladesh, Etiopía y las Islas Salomón registraron las tasas más bajas en hombres (menos del 25%).
En el otro extremo, más de la mitad de las mujeres tenían hipertensión en Paraguay y Tuvalu en 2019; y más de la mitad de los hombres en Argentina, Paraguay, Tayikistán y varios países de Europa central y oriental como Hungría, Polonia, Lituania, Rumania, Bielorrusia y Croacia.
El estudio resalta casos particulares con resultados muy positivos. Por ejemplo, Canadá, Islandia o Corea del Sur han incrementado las personas controladas en porcentajes nada desdeñables. En el caso del país asiático los niveles de pacientes que reciben tratamiento rebasan el 70 por ciento y los pacientes controlados el 50. Otro país en auge es Costa Rica, donde más del 65 por ciento de los pacientes es tratado y la mitad de ellos están bien controlados.
Comentario
En un artículo que valora el estudio en la misma revista , Clara Chow de la Universidad de Sydney (Australia) asegura que “existe una necesidad urgente de una transformación y enfoques innovadores para reducir la carga de la hipertensión a nivel mundial. Necesitamos mejores estrategias para aumentar el diagnóstico y el manejo, aprovechando la atención primaria o los sistemas existentes o identificando nuevos métodos para involucrar a los consumidores en el manejo de la presión arterial. Con diferencias tan grandes en las tasas de prevalencia, tratamiento y control entre países, es necesario examinar la implementación local. Desde el punto de vista del modelo médico, la transformación digital, como la telemonitorización, la monitorización de la presión arterial en el hogar, recordatorios de mensajes de texto para mejorar la adherencia y otras intervenciones de salud digital para fomentar comportamientos saludables, o regímenes médicos más simples, como el tratamiento inicial con una terapia combinada, como como una sola píldora que contiene una terapia de combinación cuádruple de dosis ultrabaja, debe considerarse para abordar las barreras al control de la presión arterial “.