CANAL ENFERMERO entrevista a Esperanza Alonso, perito enfermero y presidenta de la Federación Española de Enfermería del Trabajo (FEDEET).

DAVID RUIPÉREZ.- Esperanza Alonso preside la Federación Española de Enfermería del Trabajo, la asociación asturiana de la especialidad, pero además es experta en Enfermería Legal y Forense, una competencia muy desconocida de la especialidad de Enfermería del Trabajo.

– ¿Cuál es su desempeño diario, donde focaliza su actividad de forma principal más allá de esa faceta de enfermera perito de la que luego hablaremos?

– Trabajo en una unidad de epidemiología laboral y ambiental de Asturias, en la Dirección General de Salud Pública del Principado y una de las actividades que llevo a cabo es precisamente llevar un registro de cánceres profesionales, el sistema de evaluación del registro, etc. También actividades de auditor a los servicios de prevención en materia de medicina y enfermería del trabajo.

– Pero también ejerce como perito enfermero en juicios y otros procesos no judiciales. ¿Qué es un perito enfermero y qué formación se requiere para serlo?

– La definición legal viene a decir que es aquella persona que tiene un conocimiento tanto técnico o científico sobre una materia. Una persona que sabe del tema que va a peritar. Siempre es el experto en una materia y en enfermería el que más sabe de enfermería es un enfermero. Por tanto, los peritos de las actividades y competencias de las enfermeras tienen que ser enfermeros.

– ¿Puede poner ejemplos, tanto del ámbito jurídico como en otras circunstancias?

– La pericia judicial es la que todo el mundo conoce, que se desarrolla en un ámbito judicial, bien sea en un proceso civil, penal o contencioso-administrativo. Esa es la faceta más conocida en cuanto a peritos, un caso que requiere una evaluación, un informe y un dictamen de una persona que sabe sobre aquello que se va a enjuiciar. Vas como perito de parte, o a favor del acusado o puede que el juez decida que necesita un perito un poco más objetivo para decidir entre los dos informes de los dos peritos de ambas partes.

En la esfera no judicial, cada día los enfermeros hacen actividades legales y periciales en su propia competencia. Por ejemplo, un enfermero que se dedica a la formación está evaluando al alumno, las prácticas, los exámenes… El hecho de que haga esa evaluación es en sí una actividad pericial. Evaluar algo requiere conocimientos en la materia que estás evaluando.

Pero es más amplio. Hacemos mucha valoración de actividades y de competencias, si la competencia está bien hecha. Por ejemplo, pongamos el caso de un hospital que quiere saber si los protocolos se están aplicando bien y si además están dando el resultado. A veces hay que modificar los protocolos para conseguir unos objetivos. Evaluamos el protocolo y si la actividad  se ciñe a lo que éste dice. Se enjuicia el cumplimiento del protocolo y se hace dictamen o informe pericial.

En Atención Primaria también se vigila el cumplimiento del protocolo, si se cumple el número de visitas que aparece en el documento y si duran el tiempo estipulado. En especializada, por ejemplo se observa la adecuación del procedimiento en las curas, si se consiguen los objetivos con ese tipo de cura y si hay procesos que alargan en alta. A veces los informes periciales no van en contra de nadie. Puede haber un resultado no esperado aunque la actuación está bien hecha.

En el ámbito laboral es distinto, pues se trabaja con personas sanas. Pero se puede ver si los protocolos aumentan el gasto sanitario o si se está haciendo una buena vigilancia de la salud, si el trabajador que retorna a su puesto si el proceso de cura es adecuado al puesto de trabajo.

– ¿Cuál es el proceso mental al que se somete a la hora de redactar un informe, siente una gran responsabilidad ante un informe que traerá consecuencias?

Todos los peritos deberían tener una ética pericial. Ha de ser ético, con una moral a norma, discreto y objetivo. A veces es doloroso cuando no te gusta lo que ves a lo largo de  la investigación. En un informe te haces responsable de que lo que vas a poner ahí y que se trata de hechos que tú mismo has constatado con la observación o, si ya han pasado, se tira de historiales de enfermería. Al final también declaras que tu conclusión es objetiva, por lo tanto no inducida por el hecho de que estás evaluando a un enfermero. Necesitas conocer la ley, estructurar un informe que comprenda el que lo lea aunque no sea un experto.

– ¿Le ha generado algún problema evaluar a algún compañero o amigo cuando el restado no es bueno?

En general a nadie le  gusta que le evalúen. Si le conoces, la gente piensa que serás benévolo. En  una evaluación de procedimientos en un hospital pequeño yo conocía enfermeros de esa planta y hubo gente que dejó de hablarme. El informe no era malo, sólo hacía unas propuestas parta obtener mejores resultados y económicos y de cuidados. Pero los buenos profesionales tienen que saber hacer autocrítica y así ver que queremos mejorar. Cada vez tenemos más competencias y eso conllevará mayores responsabilidades.

– ¿Se están llevando peritos de otros ámbitos sanitarios para evaluar temas enfermeros?

Sí, la enfermería legal no hace valoración del daño, sino que redacta un informe en base a una norma, pero eso va incluido en un informe general de valoración del daño que normalmente realizan otros profesionales. Pero se da el caso de que otros profesionales evalúen competencias enfermeras, pos ejemplo cuando hablamos de dependencia o discapacidad, que tienen una secuales que conllevan un daño, pero también unos cuidados.

– No ayuda el hecho de que no abunden enfermeros formados en este ámbito…

Hay pocos, pero hay. El problema es que no se han dado los pasos para este área competencial.

– ¿En Europa está más desarrollada?

En EEUU sí, tienen una cultura de responsabilidad totalmente distinta a la nuestra. En Europa hay países que reconocen la figura, incluso algunos dentro de los propios hospitales para evaluación de los protocolos, los criterios de calidad, el cumplimiento de objetivos… En algunas CC.AA. algunos juzgados tiene listas de enfermeros para peritaje y algún colegio una bolsa con posibles peritos enfermeros por si hay una petición del juzgado.

– ¿Qué mensaje le lanzaría a quien le pueda interesar seguir sus pasos?

Lo primero, formarse como en cualquier competencia. Pero sobre todo que el que se meta en esto tenga claro que hasta que no cambie la cultura no somos los mejores vistos de la profesión, pero es necesario para mejorarla. Somos un “Pepito grillo” que dice que no estás haciendo las cosas bien.