ALICIA ALMENDROS.- Fue una figura decisiva en torno al nacimiento del arte moderno y, a la vez, un artista cuya producción, profundamente personal, es difícilmente clasificable. Las aportaciones de Pierre Bonnard resultan fundamentales para comprender la transición entre el postimpresionismo y el simbolismo, en un momento en el que la pintura estaba sufriendo una revolución radical a través del color. Bonnard, quien con frecuencia es definido como el “pintor de la felicidad”, afirmó al final de su vida que “aquel que canta no siempre es feliz”. De forma parecida, su pintura, bajo una apariencia de tranquila sencillez y de alegre armonía, se revela compleja y llena de matices.
Apariciones furtivas
Los que quieran disfrutar de su obra podrán hacerlo del 19 de septiembre de 2015 al 10 de enero de 2016 en la Fundación Mapfre (Madrid). Esta muestra es la primera retrospectiva que se realiza en España sobre la obra de Pierre Bonnard en más de 30 años. La exposición, organizada junto al Museo d’Orsay de París y los Fine Art Museums de San Francisco, presentará alrededor de 80 pinturas, una docena de dibujos y medio centenar de fotografías -en su mayoría nunca vistas en nuestro país- que han sido cedidas por más de 30 colecciones públicas y privadas, entre las que destacan el Museo d’Orsay, el Centro Georges Pompidou, la Tate Gallery de Londres, el National Museum of Western Art de Tokyo, la National Gallery of Art de Washington y el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.
A lo largo de su obra, Bonnard plasma un lirismo impregnado de melancolía, una sensación de ensoñación que a veces se convierte en extrañeza, en la que la presencia de elementos incongruentes y de apariciones furtivas incrementa el misterio. Solía trabajar durante años en las mismas pinturas, volviendo una y otra vez a ellas, alterando sus formas y acentuando su cromatismo hasta conseguir la intensidad del sentimiento que quería transmitir. El poder expresivo del color toma un protagonismo cada vez más relevante, convirtiéndose en el tema predominante de sus obras, el principio organizador que estructura sus composiciones y el medio con el que guía la mirada del espectador.