MARINA VIEIRA.- El polvo doméstico es una fuente de un gran número de sustancias químicas que se desprenden de productos utilizados diariamente, así lo ha demostrado un estudio recién publicado por el Instituto Milken de Salud Pública de la Universidad George Washington ubicado en Washington, Estados Unidos y publicado en el diario Environmental Science & Technology. Un equipo procedente de diferentes instituciones realizó un meta análisis en el que recogieron datos de muestras de polvo recogidos a lo largo de hogares de todo Estados Unidos con el objetivo de identificar los diez tóxicos con mayor presencia en el polvo. Tras la investigación, encontraron que el DEHP, un químico que pertenece a la tipología de los peligrosos ftlatos, era el que encabezaba la lista. Además, los investigadores encontraron que los fltlatos se encuentran sobre todo en el polvo, seguido por los fenoles y los productos químicos inflamables.
“Nuestro estudio es el primer análisis completo de las sustancias químicas de productos de consumo que se encuentran en el polvo doméstico” explica la autora principal de la investigación, Ami Zota, y profesora de salud medioambiental en el Instituto Milken. “Los hallazgos sugieren que la gente, en especial los niños, están expuestos diariamente a químicos del polvo doméstico que están directamente relacionados con problemas de salud”.
Los químicos que se encuentran en productos de consumo diario se liberan en el aire y se introducen en el polvo, por lo que se pueden quedar en objetos de casa e incluso en el suelo. La gente puede inhalar o comer pequeñas partículas del polvo e incluso absorberlas a través de la piel. Los niños están particularmente en riesgo de exposición a estos químicos del polvo porque juegan en el suelo y después se llevan las manos a la boca, explican los autores del estudio. Los investigadores, que han recogido datos de casas de 14 estados de Estados Unidos, descubrieron que los químicos más dañinos estaban presentes en un 90% de las muestras que habían recogido. Entre ellos, se encontraba TDCIPP un componente que ha demostrado ser cancerígeno.
“El número de sustancias tóxicas que aparecía en cada uno de los salones analizados fue impactante para mí” declara uno de los coautores del estudio. “El poder está en los consumidores, que deberían elegir comprar productos más sanos para protegerse a sí mismos de las sustancias químicas presentes en productos de uso diario” sentencian.
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