ALICIA ALMENDROS.- La falta de apetito, los problemas mecánicos orales, los problemas inflamatorios orales y la disfagia son las causas que dificultan la ingesta. Y no tratarlos a tiempo conlleva desnutrición primaria. “El yogur es uno de los alimentos más beneficiosos para el paciente con disfagia. Los productos lácteos fermentados son alimentos complejos y efectivos por su composición que aportan gran variedad de nutrientes”, explica Marilourdes De Torres, responsable de la Unidad de Dietética y Nutrición del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza, durante las XIX Jornadas Internacionales de Nutrición Práctica celebradas en Madrid. “Es un elemento muy adecuado para la prescripción enfermera en la intervención del abordaje de la disfagia, dadas las características que hacen de él un alimento muy recomendable.

Su ingesta resulta útil en cualquier estado del ciclo vital, dada su alta digestibilidad y valor biológico, por lo que se definen como proteínas de calidad. Además, cubre las necesidades de aminoácidos del ser humano porque contiene todos los aminoácidos esenciales”, aclara De Torres. Esta enfermera basa sus declaraciones en un estudio que han publicado en la Federación Española de Sociedad de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD).

Su ingesta resulta útil en cualquier estado del ciclo vital»

La adherencia a un tratamiento nutricional es clave para la mejora de la salud del paciente. Pero en muchos casos varía dependiendo de la patología. La enfermedad renal crónica (ERC), por ejemplo, es un problema de salud pública y se asocia a una importante morbimortalidad cardiovascular, así como a costes muy significativos. “En este caso, la nutrición es clave en su plan de tratamiento, ya que una dieta adecuada evita que se produzcan algunas complicaciones”, comenta Zaira Villa Brnayas, responsable de Nutrición del Hospital de Guadarrama (Madrid).

Educación

Durante las jornadas se ha debatido sobre la metodología enfermera en la educación nutricional. «Con la finalidad de trabajar en sintonía con los principios del Marco Europeo de Educación Superior se ha hecho necesaria una reformulación de las metodologías docentes que han de girar en torno a un elemento clave, la enseñanza orientada al aprendizaje del estudiante. La utilización de esta metodología requiere, básicamente, que el profesor sea enfermero porque en caso contrario establecerá una docencia, según el modelo tradicional, aséptica dirigida a ofrecer conocimientos”, comenta Carmen Martín, profesora titular de Nutrición y Farmacología del Grado de Enfermería de la Universidad Autónoma de Madrid.