D. RUIPÉREZ / A. ALMENDROS.- Elena Rodríguez Arteaga es una de las enfermeras con mayor experiencia en el campo de la Reumatología. Aunque ya está jubilada sigue aportando muchas cosas a la profesión, como el libro Manual de terapias parenterales y procedimientos en el paciente reumatológico 2018 que está disponible tanto en papel como digital.

Es una publicación muy interesante en la que habéis colaborado muchas enfermeras del grupo de trabajo de la Sociedad Española de Reumatología. ¿Qué va a encontrar la enfermera en este manual?

Es un manual pensado en el trabajo que hacía la enfermera en el hospital de día —estos centros son unos monográficos y otros polivalentes— con la llegada de las nuevas terapias biológicas. Estos hospitales empiezan a fomentarse hace más de 15 años, sobre todo para enfermedades inflamatorias autoinmunes, no sólo reumáticas sino también dermatológicas y para enfermedad inflamatoria intestinal, y necesitábamos, yo personalmente después de jubilarme, desarrollar esas ideas y tener libros escritos por enfermeras para enfermeras. Y ahí es donde empezó a fraguarse esa idea.

Hablamos de medicamentos que llevan tiempo pero que son especialmente complejos, y no siempre las enfermeras saben enfrentarse a su manejo…

Efectivamente, hay un gran desconocimiento de todas estas terapias y de las enfermedades inflamatorias autoinmunes donde la enfermera tiene un papel importante no sólo en la administración del medicamento, es también en los factores de riesgo y posibles reacciones adversas; además de enseñar al paciente la autoadministración, una forma de vida saludable, autocuidados… Y luego también nos topamos con los procedimientos; hay unos en los que la enfermera colabora con el médico y otros que los hace ella sola, pero que no se cuenta.

¿Qué es un medicamento biológico?

Macromoléculas formadas por proteínas que vienen de organismos vivos. No tienen conservantes por lo que la persona que lo maneje tiene que ser una enfermera especializada y tiene que saber el manejo de estas terapias. En todas las guías de la práctica clínica médica siempre escriben que tiene que ser un médico con experiencia en estos fármacos; y en la enfermería pasa lo mismo, no puede ser una enfermera que acaba de llegar la que ponga este tipo de fármacos.

¿Cuáles son las dolencias reumatológicas autoinmunes más frecuentes que hemos oído en series o películas? Y, ¿en cuales de ellas se están dando grandes pasos en el desarrollo de nuevas terapias y tratamientos?

La enfermedad más importante dentro de la Reumatología es la artritis reumatoide. Es una enfermedad inflamatoria sistémica que no sólo afecta a las articulaciones sino también a otros órganos. Y lo mismo pasa con las autoinmunes como la enfermedad de Crohn. En Reumatología hay más de 250 enfermedades, pero también están del aparato digestivo como es la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa; en Dermatología una de las más importantes es la psoriasis. También tienen una correlación unas con otras y se trabajan de forma conjunta.

¿Y trabajáis en equipo?

Sí, siempre me ha gustado trabajar en equipo. Cada cual tiene una competencia, nos respetamos, pero el objetivo es común.

Dejamos a un lado la Reumatología, y hablamos de tu trayectoria personal que ha sido larga e interesante. Estuviste en los años 90 en la Libia del presidente Gadafi, ¿cómo fue?

Estuve cuatro años porque destinaron a mi marido a trabajar con una empresa constructora española y yo cuando pude me fui a Libia también. Al mes de estar le dijeron que querían que su mujer trabajara allí. El comentó que yo era enfermera y no tenía ni idea de esto, pero me dijo que fuese a hablar y al día siguiente estuve en la embajada donde me pidieron que me quedara a trabajar. Sí que desarrollé el trabajo como enfermera porque cada vez que se iba el médico teníamos que tener los antídotos para las picaduras de alacrán, y cuando alguien se ponía malo me consultaban a mí. La experiencia me encantó, fue una etapa diferente
pero muy interesante.

Tienes experiencia también en educación para la salud entre las comunidades musulmanas.

Sí, yo estaba en Urgencias en el Hospital Clínico y siempre tuve esas inquietudes y nosotras estamos preparadas para la etapa docente y decidí hacerlo. Hablé con el director del colegio de la Mezquita de la M30 y nos abrieron las puertas y fuimos a enseñarles la RCP básica y luego hablamos de alimentación y nutrición, de higiene… Comprobamos que no tenía nada que ver la religión: estos niños comían igual de mal que resto. Yo les enseñé que tenían que tener una vida saludable.