MARINA VIEIRA.- Cristina es enfermera en un hospital de Madrid, ha estado al pie del cañón desde que la pandemia entró en su hospital y en nuestro país. Pero, desde hace una semana, ha tenido que dejar provisionalmente de atender a los pacientes que tanto le necesitan. Tras estar en contacto durante dos días con un paciente positivo en COVID-19 ha pasado de ser sanitaria a convertirse en paciente. Nos cuenta en diarioenfermero.es cómo está siendo esta experiencia como enfermera y como persona. #EnPrimeraLíneaDelCoronavirus:
«Llevo siendo enfermera 18 años, hace dos me trasladaron a la urgencia. Mi experiencia con esta situación supongo que no variará al resto de enfermeras. Cuando empezó, al estar en urgencias, estábamos muy expuestas y desprotegidas. Tomábamos las medidas que considerábamos oportunas, había un descontrol y una dejadez tremendas. El día 8 de marzo, un paciente no diagnosticado como COVID-19, dio positivo y ya había pasado dos días en varios ciclos a lo largo de toda la urgencia. Desde ese momento nosotras mismas decidimos ponernos en aislamiento domiciliario y en ningún momento salud laboral nos informó sobre como actuar ante esta situación. Entré a trabajar el día 8 por la noche, me acuerdo perfectamente porque tengo horario de 21 a 9, y una compañera me dijo que la habían dejado por prevención en aislamiento domiciliario. De camino al hospital, en el coche, me dijeron que este paciente con el que había estado en contacto directo había dado positivo, me hicieron cuatro preguntas y me hicieron ir a trabajar. Toda esa semana tomé mis propias medidas de aislamiento. Cada día que me levantaba desde ese día rezaba porque no me tocara y al final hace cinco días, me tocó. Se va sobreviviendo, es penoso como está la gente tirada, como intentamos organizarnos entre nosotros y es muy triste. Hasta que di positivo, los últimos días entre compañeras nos hablábamos con los ojos.
Denuncia
Una compañera y yo decidimos presentar el caso que habíamos vivido a salud laboral, a la supervisión y al sindicato. A día de hoy no hemos recibido contestación ninguna, creo que se están haciendo muy mal muchas cosas. No creo que las estadísticas sean las correctas. Lo único que sé es que hay que estar al 100% y yo en casa me desespero porque pienso que soy dos manos menos. Me preocupa contagiar a mi familia, miro por la ventana y al pensar que no puedo ayudar se me caen las lágrimas. Sólo deseo no ir a más, no empeorar y recuperarme pronto. No se duerme, no se descansa, es una tristeza total y absoluta. Lo único que pido es que tomen cartas en el asunto de verdad y que si no fuera por nosotros todo hubiera sido peor. La verdad es que los ciudadanos tienen un compromiso total y absoluto. Esto es una pesadilla y espero se tomen medidas. Los políticos tienen que ser conscientes de que esto es para el beneficio de todos».
Los políticos , o a quién corresponda estos asuntos no han tenido la previsión y revisión por parte de riesgos laborales de tener las medidas oportunas en seguridad sanitarios mi mujer trabaja en un hospital como llegue a traerlo es para denunciarlo …