REDACCIÓN.- Pauline Cafferkey, la enfermera británica que contrajo el ébola en Sierra Leona y fue diagnosticada a su regreso a Glasgow, ha entrado en “estado crítico” en la unidad de aislamiento del Royal Free Hospital de Londres en donde permanece ingresada, al deteriorarse gravemente en los últimos dos días.

Esta enfermera, cooperante de Save The Children, regresó de un centro de ébola en Sierra Leona la semana pasada, se ha convertido en la primera persona en ser diagnosticada con el virus en el territorio británico.

“Hemos decidido tratarla con dos cosas, la primera de ellas es plasma convalesciente, lo que significa un producto tomado de la sangre de otro paciente que se ha recuperado del ébola”, ha explicado el doctor Michael Jacobs, del hospital Royal Free de Londres.

El plasma, que contendría anticuerpos para ayudar a combatir la enfermedad, ha sido elegido de un muestrario a nivel europeo, donado por supervivientes de la enfermedad, ha precisado a la prensa, sin querer identificar al donante.

Tratamiento experimental

“La segunda cosa que le estamos dando es un medicamento antiviral, es un medicamento experimental”, ha precisado Jacobs. “Es muy consciente de que se trata de un tratamiento experimental”, ha subrayado.

Jacobs ha indicado que no había suministros disponibles del medicamento ZMapp, que ya fue usado por el centro para tratar con éxito a un paciente William Pooley, que fue diagnosticado fuera del país y trasladado para recibir tratamiento hace unos meses.

El médico no ha querido revelar el medicamento experimental que se está usando con Cafferkey pero sí ha aclarado que ya se ha empleado para tratar a otros pacientes con ébola, así como otras enfermedades.