REDACCIÓN.- La enfermera Ester Amores, de Ciudad Real, está realizando su doctorado en la Universidad de Castilla-La Mancha sobre las posibles relaciones que pueden tener las exposiciones biológicas accidentales (pinchazos, cortes, salpicaduras, etc.) y los factores de tipo psicosocial (estrés, mala calidad del sueño, ansiedad, síndrome de burnout o falta de ejercicio físico).
“La exposición ocupacional a sangre y fluidos corporales es una preocupación grave para los trabajadores sanitarios y presenta un importante factor de riesgo para la transmisión de enfermedades infecciosas como el virus de la hepatitis B (VHB), virus de la hepatitis C (VHC) y virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Se estima que el riesgo de transmisión a través de una lesión percutánea con sangre infectada por el VHC es del 3% al 10%, y del 7% al 30% para el VHB. Efectuar un seguimiento de los casos, permite incorporar nuevas estrategias de mejora, nuevos planes de prevención y, en general, mejorar la calidad del trabajo del sanitario, reconociendo sus derechos”, explica.
Diferencias
Así, ha lanzado una encuesta para conocer más sobre este asunto y comprobar si existen diferencias en la calidad del sueño, en los niveles de estrés, ansiedad y burnout, entre aquellos trabajadores sanitarios que hayan experimentado exposiciones biológicas accidentales y aquellos que no.
De esta manera, la enfermera apunta que “aun cuando la exposición a patógenos transmitidos por fluidos entre el personal sanitario es un tema muy trascendente, los factores de riesgo que exponen a los mismos, no han sido bien definidos”. Atendiendo a investigaciones ya publicadas sobre este tema, se observa una asociación significativa entre el aumento de la presión psicosocial en el trabajo y la probabilidad de exposición biológica accidental (EBA).
Prevenir o reducir
Para ella, los hospitales pueden prevenir o reducir las EBA al establecer mejores entornos de trabajo en términos de dotación de personal y recursos adecuados, así como minimizando el agotamiento emocional.