Nacida en El Bierzo, Pilar Marqués-Sánchez tiene una amplia experiencia como enfermera clínica asistencial y gestora en el servicio de Diálisis, y casi 25 años los ha pasado como docente e investigadora en la Universidad de León. Cuenta con un experto en la gestión de cuidados y en cuidados intensivos y de emergencias, y ha elaborado 110 publicaciones y más de 70 comunicaciones y ponencias en congresos nacionales e internacionales. Ahora, puede decir que además de todo ello, se ha convertido en la primera catedrática de Enfermería de Castilla y León, en la Universidad de León. Así nos ha contado su experiencia hasta lograr este cargo que hoy lleva con orgullo.

¿Cómo ha sido tu trayectoria profesional?

Comencé como enfermera en la práctica clínica y enfermera gestora. Durante casi 13 años estuve en distintos hospitales, especialmente en Ponferrada, y también en el Hospital General de Lanzarote, donde tomé posesión de mi plaza como enfermera. En aquella etapa me desarrollé especialmente en servicios como la UCI o Diálisis. Lo disfruté mucho. Aprendí y maduré ante la toma de decisiones rápidas, donde el equipo de trabajo era fundamental para conseguir la mejor intervención con el paciente.

Después continué mi andadura en la Universidad de León, primero como profesora asociada, posteriormente como profesora titular, hasta llegar ahora a la cátedra. Los inicios no fueron sencillos. La estructura matricial de la universidad era compleja. Pensé que después de 13 años no me costaría adaptarme, pero resultó una dosis de humildad darme cuenta de que cada organización es distinta y se empieza de cero. Si tuviera que describir cómo ha sido mi trayectoria profesional en muy pocas palabras, diría que es dinámica, arriesgada, intensa y apasionante. ¡Todo un aprendizaje de vida!

«La gestión es dinamismo, creatividad y una herramienta para generar impulso»

Ya en la academia, mi perfil se enfocó a la Gestión de Cuidados en Enfermería y Gestión Sanitaria. Este perfil me ha reportado una gran riqueza de conocimiento tanto para volcarme en los estudiantes como en la investigación y en la transferencia. Y aunque siempre hay una leyenda urbana sobre que la gestión es “un tostón”, creo que la gestión es dinamismo, creatividad, solvencia, practicidad y una gran herramienta para generar impulso y entusiasmo.

Dentro de la investigación, dirijo el Grupo de Investigación SALBIS de la Universidad de León, grupo interdisciplinar excelentemente posicionado en el ranking de la ULE. Mi línea de investigación principal es el Análisis de Redes Sociales aplicado tanto a hábitos de salud como al liderazgo y a los recursos humanos. El objetivo principal persigue optimizar nuestras redes relacionales para conseguir mejores hábitos, mejor rendimiento organizacional y un contagio de motivación y de bienestar.

Pero lo más importante en cualquier trayectoria son los referentes. Los he buscado en todos los ámbitos de mi vida, cuando era pequeña, adolescente y lógicamente como enfermera asistencial, docente e investigadora. Mari Paz Mompart fue mi primer referente. Su rigor me inspiró. Era un rigor basado en la reflexión, la cautela y la valentía. Mi maestra y amiga, tengo esta suerte. Tanto ella como otros referentes han sido parte de lo que hoy soy.

¿Cómo es el proceso para acceder a Catedrático de Universidad?

Es toda una trayectoria de muchas experiencias, muchos méritos y muchas evaluaciones. Previamente se pasa por otros roles académicos. Lo primero es alcanzar la acreditación externa por la ANECA, y posteriormente superar el concurso oposición. Esta acreditación es una de las etapas más complicadas, y creo que para una enfermera mucho más, dado que somos jóvenes en el contexto académico e investigador.

En el área de Enfermería de la Universidad de León, nos ha llevado 25 años conseguir la primera catedrática. La profesión crece en la academia y lo conseguimos porque tenemos una gran capacidad de trabajo y de superación. Considero que lo estamos haciendo muy bien, nos aplicamos, somos exigentes y rigurosas, y construimos currículums en los cuales se ve un trabajo orientado a las realidades de las personas. Esto es muy importante. La universidad está para servir a la sociedad, para volcar el conocimiento, y a veces se pierde esta perspectiva.

¿Cómo afrontas esta nueva etapa?

Con mucho entusiasmo, con responsabilidad y con la serenidad que te da ser senior. El entusiasmo es fundamental para seguir trabajando, no llegar a los retos desfondada, sino con una sensación energética de querer superar lo conseguido. Con responsabilidad me refiero a que siempre he intentado sumar en equipos, sumar en la profesión enfermera, y sumar en la sociedad. Pero especialmente ahora toca sumar y acompañar a los jóvenes. Y la serenidad la otorga no solo los años, sino el volumen de experiencias, y por suerte he tenido muchas. Cada una de ellas me ha aportado aprendizaje y confianza, y todo ello me permite una valoración del entorno con más tranquilidad.

«Ser catedrática de Universidad es un reconocimiento a la profesión y significa visibilizar los cuidados enfermeros»

Ser catedrática de Universidad es un reconocimiento a la profesión enfermera y significa visibilizar los cuidados enfermeros al máximo nivel: en la investigación, en la transferencia, en la práctica diaria, la gestión y por supuesto, no nos olvidemos, en la promoción de profesionales líderes capaces de transformar el mundo del cuidado.

¿Cuál crees que es el futuro al que se enfrenta la profesión y cómo crees que puedes ayudar desde esta nueva posición?

La profesión se enfrenta a un futuro apasionante. Uno de los retos más importante será el trabajo interdisciplinar en el cual tenemos que ganar posicionamiento y reputación. Trabajar con el mundo tecnológico, la Inteligencia Artificial, los aspectos de ciberseguridad en el cuidado, y potenciar la humanización del cuidado, entre otras muchas cosas. Este será el camino. Para ello tenemos que comenzar desde las facultades, introduciendo nuevas herramientas en los planes de estudio sin perder la esencia del cuidado.

En este contexto, la presencia de enfermeras catedráticas es importante para el empoderamiento en órganos de gobernanza, en las instituciones y también ante los futuros profesionales. Pero una de las consecuencias claves es la presencia de las enfermeras en los máximos niveles científicos. Estoy segura de que la ciencia enfermera crecerá, y lo hará con la autoridad moral del conocimiento, con las evidencias científicas cribadas y testadas y con el valor intrínseco de cuidar, que solo la profesión enfermera sabe defender y aplicar.