ÁNGEL M. GREGORIS.- Yaiza Dubón es enfermera, trabaja en el Hospital La Fe de Valencia y está muy cerca de lograr uno de los grandes sueños de su vida, convertirse en fallera mayor de Valencia. Es una de las 73 finalistas que optan este año al ansiado título y que se enfrentarán durante el mes de septiembre a las pruebas decisivas. Entrevistas, comidas, cenas, convivencias y, en definitiva, multitud de actos en los que las chicas deben convencer al jurado de que son la persona indicada para alcanzar este honor. “Buscan conocernos bien y ver cómo somos, cómo nos desenvolvemos delante de la gente, cómo nos expresamos…”, explica Dubón, que es la primera vez que se presenta.

Yaiza Dubón vestida de fallera.
Tal y como ella misma asegura, es fallera desde que nació y ya el año pasado lo demostró cuando la nombraron fallera mayor de su falla, Camino de Moncada-Pintor Jacomart. Ahora, tras acabar la carrera es cuando se ha decidido a dar un paso más y, de momento, es una de las tres elegidas del sector Rascanya y, por lo tanto, una de las finalistas entre más de 300 candidatas. Llegar a lo más alto es complicado, pero ella cree firmemente que está preparada para el puesto. “Tienes que ser muy responsable porque, al fin y al cabo, son muchos actos y tienes que representar a los valencianos no sólo aquí, sino en todo el mundo. Yo pienso que soy responsable, tengo mucha constancia y, además, soy cercana, sé expresarme y hacer llegar a la gente lo que pienso y siento sobre las fallas”, resalta.

Yaiza Dubón en su puesto de trabajo como enfermera.
Empatía
Estas cualidades -apunta- también es algo que ha aprendido con su profesión. “Sí que es verdad que, por mi experiencia, aunque sea corta, sé llegar mejor a la gente y sé entenderla”, destaca.
Actualmente, está trabajando en un proyecto de investigación en el servicio de Neurología con una beca de la Universidad de Valencia y cuenta que en el hospital están todos sus compañeros muy emocionados porque, además de ella, “la hija de un médico también está preseleccionada para el certamen infantil”.
Sin duda, lo mejor de esta experiencia para ella es toda la gente nueva a la que está conociendo y de la que está aprendiendo “porque cada una es de una forma y actúa de una manera”. Dubón reconoce que “si llegase a conseguirlo, lo primero en lo que pensaría sería su familia”. “Se lo dedicaría a mi abuela porque es la que me cose los trajes (tiene diez); a mi padre, que es presidente de la falla y está emocionadísimo; a mi madre porque siempre está ahí y a mi comisión porque son los que me han apoyado todo el año”, comenta.
Hasta el día 21 de septiembre no se conocerá el resultado y será en un acto en la Fonteta de Sant Lluís donde se anunciará si Dubón es una de las 13 ganadoras (la fallera mayor y las 12 falleras de la corte). En el caso de no ser así, ella lo tiene claro: “Se puede intentar otro año”.