María Eva Pérez ha trabajado 28 años como enfermera. Durante casi tres décadas ha pasado por todos los ámbitos de la enfermería: la práctica clínica, la docencia, la investigación y la gestión. Ahora, está embarcada en un nuevo proyecto. Bajo el nombre de Mirlo Blanco Health Care, busca transformar el sistema sanitario mediante la innovación tecnológica, pero desde una perspectiva profundamente humana y desde el corazón de la enfermería.
¿Cómo surge la idea de emprender y abrir una empresa de estas características?
Después de más de 28 años como enfermera, vi de cerca los retos reales a los que nos enfrentamos los profesionales de la salud: sobrecarga, procesos ineficientes, brecha digital, falta de soluciones adaptadas a nuestras necesidades y, sobre todo, la urgencia de que la tecnología esté al servicio del cuidado, no al revés.
Siempre he sido emprendedora por naturaleza. Me apasiona la innovación, cuestionar lo establecido cuando intuyo que hay una forma mejor de hacer las cosas. Cuando veo una oportunidad para mejorar, me resulta imposible quedarme quieta. Y así fue como, tras una intensa formación en salud digital y tras compartir camino con tecnólogos brillantes —pero sobre todo bellísimas personas— comprendí que era el momento. Que podía unir mi experiencia como enfermera con el poder transformador de la tecnología, y hacerlo con una base ética, profesional y profundamente humana.
Mirlo Blanco Health Care no es una aventura empresarial más. Es un proyecto de vida que nace desde la enfermería, con vocación transformadora y con la voluntad firme de crear soluciones reales para profesionales y pacientes.
¿Y por qué el nombre Mirlo Blanco Health Care?
Pues este nombre no es casual. Surge cuando conozco la leyenda del mirlo blanco como una metáfora de lo extraordinario, de lo que no se ve todos los días pero existe y marca la diferencia. A lo largo de mi carrera como enfermera he conocido a muchos “mirlos blancos”: profesionales que cuidan con excelencia, que innovan en silencio, que luchan desde dentro del sistema por cambiar las cosas, aunque a veces parezca imposible. Con este nombre quería rendir homenaje a ellos, y también reivindicar la necesidad de hacer visible lo invisible, de dar voz a los cuidados, de demostrar que se puede emprender en salud desde otra mirada. Esa es nuestra empresa, lo diferente, lo que puede cambiar las cosas desde la humildad, poco a poco, y desde el trabajo en equipo.
Health Care completa ese sentido, porque lo que hacemos es, precisamente, poner la tecnología al servicio del cuidado. Es una declaración de intenciones: somos diferentes, pero necesarios. Como un mirlo blanco.
Sentí que había llegado el momento de dar un paso al frente, porque como decía Einstein: “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.
¿Cuáles son los principales objetivos?
Con MBHC buscamos ser un puente entre la innovación tecnológica y el cuidado profesional. Queremos humanizar la tecnología, desarrollando soluciones que mejoren la salud de las personas, faciliten el trabajo del personal sanitario y contribuyan a un sistema más eficiente, sostenible e inclusivo.
No se trata solo de digitalizar, sino de transformar con sentido, con ética, con impacto real, es un cambio de cultura, un cambio de paradigma, que humanice más el cuidado y la atención sanitaria, ya que nos va a proporcionar a los profesionales más tiempo de “valor”, más tiempo de presencia y comunicación con los pacientes y sus familias, además de más tiempo para trabajar entre nosotros, en equipo. Por ello, estamos creando soluciones y herramientas que nos hagan la vida más fácil a los profesionales de la salud, para que podamos dedicar más tiempo a lo que realmente importa: las personas.
Buscamos también generar empleo cualificado en el ámbito de la salud digital, fomentar el talento y colaborar para que los grandes profesionales sanitarios sigan trabajando en nuestro ecosistema y no tengan que buscar trabajo en otros países.
Además de ello, creo y por ello he dado ese paso, que la profesión enfermera, trabajando de forma transversal con otros profesionales sanitarios y con profesionales tecnólogos, sea reconocida no solo por su capacidad de cuidar, sino también por su capacidad de innovar, de gestionar, de liderar procesos de transformación digital.
Es muy importante que las enfermeras formen parte de la mesa donde se toman las decisiones, donde se diseñan los modelos del futuro.
¿En qué te ha ayudado tu profesión de enfermera para lanzar este proyecto?
En absolutamente todo. Ser enfermera ha sido la brújula de todo este camino. Me ha enseñado a escuchar, a observar, a anticipar problemas, a trabajar en equipo. Ser enfermera me ha dado la visión integral del cuidado, la empatía, la capacidad de análisis clínico, la experiencia en la toma de decisiones complejas y, sobre todo, el contacto directo con los pacientes y con los equipos.
He tenido la suerte de trabajar en prácticamente todos los ámbitos de la enfermería: la práctica clínica, la docencia, la investigación y la gestión. Eso me ha permitido comprender a fondo el lenguaje clínico, los flujos de trabajo en hospitales, centros de salud, residencias de mayores, universidades y estructuras organizativas. Y, sobre todo, entender lo que realmente necesitamos los profesionales sanitarios y lo que esperan los pacientes y sus familias. Esa comprensión global me ha permitido diseñar soluciones tecnológicas con sentido, útiles y humanizadas.
Además, el bagaje como profesional me aporta credibilidad, pero también un profundo compromiso con el cambio. Y si hay una figura que siempre me ha inspirado es Florence Nightingale. No solo por ser la madre de la enfermería moderna, sino por su valentía al dar un paso al frente en un momento donde nadie se atrevía. Ella era enfermera, escritora y estadística. Su capacidad de integrar ciencia, datos, compasión y estrategia sigue siendo un faro para mí, como cariñosamente se le conoce: la dama de la lámpara.
Fue una mujer que no se conformó y transformó su tiempo. Esa es la energía que intento canalizar en cada proyecto que lidero: no desarrollar tecnología por tecnología, sino tecnología con alma, pensada por y para quienes cuidamos.
¿Cuáles son las iniciativas en las que estáis trabajando actualmente?
Actualmente estamos desarrollando varios proyectos clave. Es importante destacar que, para poder dar solución a todas las demandas en el contexto de la salud digital, hemos decidido ser una Consultora de Salud Digital, con un equipo interdisciplinar de profesionales de la salud que también tienen formación en tecnologías disruptivas, pero contando con profesionales de las disciplinas de las ingenierías, desarrollo de IA, profesionales de marketing y audiovisual, legislación, etc.
Por lo que nuestra consultoría tecnológica para instituciones sanitarias, tiene como eje transversal la inoovación y su objetivo es ayudar a las organizaciones a implantar modelos de en Smart Hospital, digitalización de procesos y formación en salud digital, investigación, docencia, etc.
Por un lado, estamos trabajando en una de nuestras líneas más potentes que son los agentes virtuales, que combina inteligencia artificial, prevención personalizada y acompañamiento en todas las etapas de la vida.
Como sabemos este año, 2025, es el año de los agentes virtuales, y estas soluciones se han convertido en un soporte muy potente a todos los niveles del ámbito de la salud digital: práctica clínica, docencia, investigación y gestión, y además son herramientas que empoderan a los pacientes en su propia salud y en indicar que el camino es la salud proactiva, no reactiva.
También estamos formando a profesionales sanitarios en competencias digitales, ayudando a transformar espacios asistenciales en verdaderos entornos inteligentes, y colaborando con instituciones para diseñar estrategias de salud digital humanizadas.
Estamos trabajando también con centros educativos del ámbito de la salud y la educación en un proceso integral de transformación digital, en un cambio de cultura, de sistemas de formación con la ayuda de tecnologías disruptivas y reforzando la importancia de la formación en competencias digitales.
Y recientemente hemos presentado un proyecto para un espacio, espero poder darte más información en breve, de un “Hub de Salud Digital en Murcia”, pensado como espacio de innovación, empleo y colaboración público-privada.
Y estamos creando un proyecto, que a mí me apasiona, en colaboración con un centro educativo muy importante, que es la creación de una “Escuela de Salud Digital”, basada en el modelo de Patricia Benner, donde combinamos formación técnica con desarrollo competencial.
¿Cómo es el equipo?
Actualmente somos un equipo pequeño, pero con un altísimo nivel de especialización, compromiso y una energía que impulsa cada proyecto. Contamos con perfiles que van desde la enfermería, la medicina y otras profesiones sanitarias, hasta la ingeniería, la inteligencia artificial, la responsabilidad social corporativa, el marketing, la producción audiovisual y la gestión empresarial. Esta diversidad nos enriquece y nos permite abordar los retos de la salud digital desde una visión verdaderamente integral.
Además, trabajamos en estrecha colaboración con universidades, colegios profesionales, empresas del sector y otras entidades que comparten nuestra visión. Nuestro objetivo no es crecer por crecer, sino construir un modelo sólido, ágil y con impacto real, donde cada persona del equipo aporta desde su experiencia, su mirada y su compromiso con la salud.
Lo más especial es que muchas de las personas que colaboran en Mirlo Blanco también son enfermeras, como yo, que han decidido aportar a la profesión desde una perspectiva innovadora. No me gusta decir que dirijo un equipo; prefiero decir que acompaño a un grupo de personas con mucho talento que creen profundamente en lo que estamos construyendo.
Y, aunque la empresa ha sido constituida recientemente, varias personas del equipo llevamos más de tres años trabajando juntas en distintos proyectos de salud digital. Esa trayectoria compartida ha hecho que dar el paso hacia la creación formal de la empresa haya sido algo muy natural y con mucha ilusión.
¿Cómo ves el futuro y por qué te ilusiona tanto este proyecto?
Veo el futuro con ilusión porque estamos en un momento único: la tecnología nos ofrece herramientas increíbles, pero todavía estamos a tiempo de decidir cómo las integramos. Lo que me ilusiona es contribuir a que esa integración sea ética, humanista, y profesional. Que las enfermeras tengamos voz y presencia en el diseño del futuro de la salud. Que podamos liderar la transformación desde el conocimiento, la experiencia y la innovación. Y que lo hagamos sin olvidar nunca que el centro es la persona.
Me ilusiona porque siento que estamos en un punto de inflexión. Que podemos construir un modelo de salud más humano, más justo, más sostenible, si lo hacemos con conocimiento, con tecnología… y con cuidados. Este proyecto me conecta con lo que soy, y me permite imaginar un mundo mejor para quienes vienen detrás.
Y por supuesto, veo un futuro en el que la enfermería puede ser protagonista de la transformación del sistema de salud, diseñando, liderando, investigando, pero sobre todo INNOVANDO en salud digital.
¿Volverías a ejercer de enfermera?
Nunca me he ido. La enfermería está en mi ADN. Todo lo que hago, cada decisión que tomo, como CEO de la empresa, como persona, cada proyecto que impulso, está atravesado por mi mirada enfermera. Lo que ha cambiado es el espacio desde el que actúo en el que, además de enfermeras, trabajo con otros profesionales como los tecnólogos. Ya no cuido solo a personas, ahora cuido sistemas, procesos, equipos. Y eso también es enfermería, solo que desde otro lugar.
Gran parte de esta filosofía de vida, de trabajo como enfermera, ha sido por mi experiencia en cuidados paliativos. Acompañar a personas y familias en ese tramo tan íntimo y delicado de la vida me transformó profundamente. Me enseñó a mirar con más respeto, más sentido y más presencia. Esa vivencia cambió mi forma de estar en el mundo. Hoy, todo lo que hago gira en torno a esa idea de cuidado integral, humano y consciente.
Por ello, mi respuesta a tu pregunta es que sigo siendo enfermera en todo momento, sigo cuidando, con la experiencia de estos 28 años, pero, desde la innovación, desde la estrategia, desde la tecnología. Lo que hago hoy es enfermería con otra forma, con otro lenguaje, pero con el mismo propósito: mejorar la vida de las personas.
Y lo más bonito es que sé que no estoy sola. Cada día somos más las enfermeras que damos este paso hacia la salud digital, y lo hacemos con fuerza, con corazón y con una visión muy clara: transformar y humanizar los cuidados y la atención sanitaria.
Como decía Florence Nightingale: “Si no hubiera nadie descontento con lo que tiene, el mundo nunca alcanzaría algo mejor.” Y precisamente por eso, desde nuestra profesión, apostamos por ese inconformismo constructivo, por seguir creciendo, por hacer mejor lo que ya hacemos bien, para impactar positivamente en la vida de nuestros pacientes, sus familias y en la sostenibilidad de nuestro sistema sanitario.