En los últimos años, la prevalencia en el uso de los cigarrillos electrónicos ha aumentado de forma significativa. El vapeo está de moda. Cada día son más los jóvenes que ven el consumo de tabaco, el uso del vaper y el tabaco calentado como algo normal. Tanto que, tal y como se desprende de la encuesta EDADES, elaborada por el Plan Nacional de Drogas del Ministerio de Sanidad en el pasado año, el 54,6% del alumnado de 14 a 18 años ha usado en alguna ocasión cigarrillos electrónicos. Además, las ventas de estos productos no ha hecho sino que incrementar a lo largo del tiempo. Los datos facilitados por el Comisionado del Mercado de Tabacos aseguraba que las ventas en el 2023 fueron de 24.069.077 euros de tabaco calentado. Estos indicadores muestran un cambio en los patrones de consumo, con nuevos consumidores potenciales de estos productos o el uso de los mismo junto con el tabaco tradicional.
Coincidiendo con el Día Mundial sin Tabaco, Marta Rivas, enfermera experta en neumología, alerta a la población de los riesgos del uso del vaper y el tabaco calentado y ofrece, a su vez recomendaciones para abandonar este mal hábito.
«Los cigarrillos electrónicos son dispositivos que calientan un líquido que puede contener nicotina y otros químicos que producen un vapor que se inhala, denominado «vaper». Los dispositivos calentadores de tabaco, por otro lado, calientan tabaco procesado a una temperatura alta, produciendo un aerosol que se inhala. Ambos contienen nicotina, que es altamente adictiva y puede afectar al desarrollo cerebral, sobre todo en adolescentes y jóvenes. Pero, en concreto el vaper, puede contener químicos tóxicos que pueden causar problemas respiratorios y cardiovasculares. El tabaco calentado, contiene grandes cantidades de sustancias tóxicas, siendo estas muy cancerígenas. Los líquidos utilizados en los cigarrillos tienen compuestos que se consideran inocuos, pero su uso en combustión e inhalados por las vías respiratorias conlleva efectos negativos para la salud», asegura la enfermera.
Efectos sobre la salud
Los principales efectos de su consumo son similares a los asociados al humo del tabaco, sin embargo, los efectos secundarios de estos dispositivos pueden ser devastadores para la salud de las personas. «Producen irritación de las vías respiratorias, propiciando infecciones y pueden desencadenar patologías tipo asma, EPOC y fibrosis quística. Su uso se ha relacionado también con enfermedades cardiovasculares como la hipertensión, la enfermedad coronaria y el accidente cerebrovascular. No nos podemos olvidar de enfermedades que, a largo plazo son mucho más agresivas. Un ejemplo es el cáncer de garganta y laringe. Son enfermedades poco predecibles en cuanto a su evolución, pero en el mejor de los casos estos pacientes acaban siendo portadores de traqueotomías«, sigue.
Abandona este mal hábito
«Una estrategia que funciona para abandonar este mal hábito es escribir tus propias razones para dejar de vapear. Tener la lista escrita y a mano te ayudará a mantenerte firme cuando tengas la tentación de volver al vapeo. Puede ser por su efecto perjudicial sobre tu salud. Evita las consecuencias físicas o mentales de la adicción. Fija una fecha próxima, elije un día que no vaya a ser estresante por tener un evento importante, tipo examen u otro motivo; y tira todo el material que tengas para vapear. Identifica los momentos o situaciones que favorecen el vapeo y evítalos hasta tenerlos controlados. También es bueno romper rutinas y mantenerte ocupado y distraído», explica este experta.
Otras recomendaciones que favorecen el abandono del vapeo son hacer ejercicio, buscar ayuda de profesionales, amigos y familia, pensar en los motivos económicos, ya que favorece el ahorro, el impacto ecológico de este mal hábito y una de las más importantes, «no ayuda a dejar de fumar, al contrario, se favorece el consumo del tabaco convencional. No dejes que la industria tabaquera te engañe», alerta.
En conclusión, los cigarrillos electrónicos y dispositivos calentadores de tabaco no son seguros y pueden causar graves problemas de salud. «Según los últimos datos, la mitad de los jóvenes de nuestro país ha consumido al menos en una ocasión cigarrillos electrónicos. La preocupación en esta población es el inicio del cigarrillo electrónico, ya que está estrechamente relacionado, muy al contrario de lo que se piensa, con el paso al tabaco convencional y/o cannabis. Estos productos suponen un riesgo para la salud tanto por el consumo como por la exposición al aerosol que emiten afectando a otros», concluye Marta Rivas, enfermera experta en neumología.