ÁNGEL M. GREGORIS.- Cuando Azucena López era una niña decidió que quería ser enfermera como su madre. Creció, se formó como tal y se convirtió en profesional de los cuidados. Cuando acabó la carrera comenzó a hacer escalada con un grupo, pero al ver que las actividades solo se las reconocían a los hombres aunque hubieran ido juntos, decidió emprender su camino en el mundo del alpinismo junto a otra amiga enfermera. “Hacíamos expediciones al Himalaya, a los Andes… Queríamos reivindicar que nosotras también podíamos hacer esas actividades”, recuerda Azucena.

La pasión por el atletismo surgió más tarde, cuando sus hijos empezaron a ir al colegio y los llevaba a actividades extraescolares. “Pensaba que en vez de estar una hora sin hacer nada, podía aprovecharlo trotando. Poco a poco hicimos un grupo de madres y al final nos enganchamos bastante más que los niños”, explica. Este nuevo hobby, que surgió de manera circunstancial, se ha convertido en parte imprescindible de la vida de Azucena. En los últimos tiempos, ha participado en campeonatos de Madrid, de España, europeos, mundiales y en distintas actividades como velocidad, marcha o salto. “A mí me gustan las carreras de 60, 100 y 200 metros lisos, también hago lanzamiento de disco y de peso, y este último año y medio practico marcha atlética”, resalta.

De hecho, acaba de ganar la medalla de Oro en el Campeonato de España de Marcha en Ruta de 10 kilómetros, también ha sido oro en el Campeonato Master Pista Cubierta en salto de altura y relevos, y plata en velocidad, en 60 y 200 metros listos. En el Mundial de Pista Cubierta de Daegu (Corea del Sur), de 2017, logró alzarse con la medalla de plata en salto de altura y en 2000 metros marcha atlética. Azucena compagina el deporte con su actividad profesional en el Centro de Salud de Robledo de Chavela (Madrid), donde es responsable de enfermería. “Ahora tengo turno de mañana y puedo hacer las dos cosas porque tengo las tardes libres y mis hijos son mayores. Entreno con mis compañeras los lunes, miércoles y viernes unas dos horas y media cada día. Además, tenemos una entrenadora que nos pone rutinas para hacer en casa”, manifiesta la enfermera. Todo esto corre de su cuenta, al principio su familia no entendía esta afición, pero ahora le preguntan cuántas medallas ha ganado en cada sitio en el que va.

Si tuviese que elegir entre una de sus pasiones, ella reconoce que no sería posible porque como enfermera “soy vocacional y sigo teniendo mucha ilusión”. En el mundo del atletismo sigue teniendo nuevas metas y durante este mes competirá en diferentes campeonatos. “Soy competitiva, pero sobre todo contra mí misma, intento bajar un microsegundo, subir un centímetro de altura. Mi objetivo no son las medallas”, asegura.