REDACCIÓN.- Las enfermeras de Cataluña, expertas en Urología Funcional, reclaman a la Consejería de Salud la falta de tiempo y de apoyo para educar a los pacientes en la técnica del Sondaje Vesical Intermitente, así como para dar a conocer esta técnica entre todos los niveles asistenciales. 

En la actualidad, Cataluña cuenta con seis enfermeras expertas en Urología Funcional que forman parte del Proyecto SÍ, la primera iniciativa científica que promueve el Sondaje Vesical Intermitente (SVI), una técnica que necesitan utilizar las personas que no pueden vaciar la vejiga por sí mismas. “Nuestro objetivo principal es promover el Sondaje Vesical Intermitente, ya que es la mejor opción de tratamiento para los pacientes que tienen problemas para vaciar su vejiga de forma natural, según la evidencia científica. Es la técnica que más se asemeja a la micción fisiológica. Ayuda a cuidar los riñones, disminuye el riesgo de infecciones y contribuye a que el paciente mantenga una vida independiente y autónoma”, explica Montserrat Baixauli, enfermera del Hospital Clínic de Barcelona y portavoz de Proyecto SÍ.

A pesar de que la bibliografía científica es contundente sobre los beneficios del SVI, existe un gran desconocimiento en torno a este tratamiento. “En Atención Primaria y, por una cuestión de desconocimiento sobre el SVI, muchas veces nos encontramos con casos en los que se aconseja a los pacientes una reducción de la frecuencia en el sondaje o, incluso, un cambio a un sondaje permanente, lo que reduce muchísimo la calidad de vida del paciente. Por eso es tan importante el trabajo que hacemos en Proyecto SÍ, divulgando las ventajas del Sondaje Vesical Intermitente”, Pilar López Guillén, enfermera del Hospital Universitari Vall d’Hebron. 

¿Qué es el Sondaje Vesical Intermitente? 

El Sondaje Vesical Intermitente (SVI), también conocido como Cateterismo Intermitente (CI) o Autocateterismo, es una técnica que necesitan algunos pacientes urológicos que no pueden vaciar su vejiga de forma autónoma. Consiste en la introducción de una sonda a través de la uretra para llegar hasta la vejiga con el fin de drenar la orina retenida. De acuerdo con la evidencia científica, es el tratamiento “gold estándar” para vaciar la vejiga en este tipo de pacientes porque es la técnica más parecida a la función miccional normal, ayuda a cuidar los riñones, disminuye el riesgo de infecciones y contribuye a que el paciente mantenga una vida independiente y autónoma. 

El reto en el SVI: conocimiento, tiempo y tratamiento individualizado 

Las portavoces de Proyecto SÍ han reclamado a la Consejería de Salud las mejoras esenciales que deben ponerse en marcha en torno al Sondaje Vesical Intermitente. “El gran reto que existe es garantizar tres puntos esenciales: conocimiento de la técnica del SVI por parte del hospital y los compañeros de Atención Primaria, tiempo para que las enfermeras podamos educar a los pacientes y garantizar del derecho a un tratamiento individualizado para que el paciente pueda elegir la sonda que mejor se adapte a sus necesidades en función de su grado de destreza manual, capacidades funcionales y motoras, agudeza visual, función cognitiva, fisionomía corporal y del aparato urinario”, Montserrat Baixauli, enfermera del Hospital Clínic de Barcelona.