MARINA VIEIRA.- Empieza el buen tiempo, las cenas en terrazas, planes al aire libre y poder salir a la calle cubierto por el menor número de prendas posible. Pero no todo son ventajas, las agradables noches de buena temperatura suelen ir acompañadas por uno de los grandes malestares de la época estival: las picaduras.
Durante estos meses, las consultas de enfermería se llenan de pacientes que piden recomendaciones sobre cómo tratar estas alteraciones en nuestra piel. Por esta razón la Asociación de Enfermería Familiar y Comunitaria de Cataluña (Aeficc) ha difundido unas directrices para saber qué medidas ha de tomar la población en general para prevenir los incómodos picores que producen las mordeduras de insecto.
Consejos ante una picadura
Desde la asociación diferencian dos tipos de casos con diferentes recomendaciones. Si la picadura es leve, es decir, si sólo provoca una reacción inflamatoria local se recuerda que “sólo hay que limpiar bien la zona de la picadura con agua y jabón neutro y aplicar compresas frías. Para calmar el picor y el dolor se puede aplicar alguna pomada y, sólo si el dolor persiste se puede tomar algún antihistamínico o algún antiinflamatorio por vía oral para aliviar las molestias”. También explican que en estos casos leves “la lesión tiende a desaparecer a las 48 horas”.
Por otro lado, diferencian entre reacciones alérgicas que se pueden manifestar como fiebre o hinchazón de la extremidad. En estos casos las enfermeras de Atención Primaria aconsejan “realizar pruebas de alergia para saber exactamente a qué insecto se es alérgico y la intensidad de la sensibilización”. Si la alergia ya ha sido diagnosticada, la asociación recomienda realizar “tratamientos de inmunoterapia y llevar encima un kit con adrenalina autoinyectable y un antihistamínico”.
Prevención
Del mismo modo que es importante saber cómo actuar cuando ya no hay más remedio y el insecto ha mordido nuestra piel, es fundamental tener en cuenta cómo podemos evitar que esta situación ocurra. Desde la Aeficc aconsejan tomar medidas sencillas como “evitar las zonas con flores o frutos al aire libre, evitar lugares donde haya basura, llevar las ventanas cerradas en nuestros viajes en coche o desparasitar a nuestras mascotas” actuaciones simples que pueden evitar un incómodo malestar típico de las noches de verano.
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