MARINA VIEIRA.- Tras largos meses sin pisar las aulas, los niños pueden verse desorientados. Además, la realidad con la que se van a encontrar a la vuelta, va a ser muy distinta a la que dejaron antes del confinamiento. Obligatoriedad de llevar mascarilla, una higiene de manos exhaustiva y distancia social entre sus amigos son las normas que han de seguir para que en su colegio no se tengan que lamentar rebrotes de COVID-19. Ante esta situación, la Asociación Española de Enfermería de Salud Mental (AEESME), presidida por Francisco Megias, ha plasmado en una infografía una serie de recomendaciones para que la salud mental de nuestros pequeños no se vea afectada con esta atípica vuelta a las aulas.
Recomendaciones
La primera de las recomendaciones se centra en los docentes, en ella, se explica que es importante que «faciliten la participación en la toma de decisiones tanto del estudiante como de su familia junto al profesorado y otros agentes implicados». Añaden que lo siguiente que a lo que hay que prestar atención en este momento es las emociones y sentimientos de los estudiantes, y no olvidar «las necesidades del momento en su vida académica dada la situación de pandemia, ofreciendo y creando sensaciones de seguridad», concretan en la infografía. Por otro lado, señalan que «la participación activa en las aulas debe conducir a promocionar en los estudiantes habilidades tanto académicas como emocionales y sociales que faciliten el aprendizaje» y dedican un apartado a la educación en salud, animando a los profesores a «utilizar transversalmente un lenguaje simbólico relacionado con aspectos positivos que haga referencia al bienestar y a la calidad de vida, conocimientos, habilidades y destrezas muy importantes en estos momentos por los riesgos que conlleva la pandemia del COVID-19».
También se dedica un epígrafe a las autoridades académicas en el que exponen que «deben posibilitar un apoyo global al cuerpo docente y personal auxiliar de los centros que les permita desarrollar satisfactoriamente su función ante las demandas y requerimientos de tipo cognitivo, emocional y social de los niños, niñas y adolescentes». Por último, teniendo en cuenta la situación de desconcierto e inseguridad que puede generar este nuevo escenario en los estudiantes, piden que se preste especial importancia al fomento de «relaciones de confianza mutua, promoviendo la comunicación abierta entre todos los actores implicados en la gestión de la enseñanza-aprendizaje: personal directivo, docentes, estudiantes, asociaciones de madres y padres. Todos a su vez, coordinados con los servicios de Atención Primaria de Salud y otros servicios especializados oportunamente requeridos según necesidades», concluyen desde AEESME.
Aquí se puede consultar y descargar la infografía completa.