ANA MUÑOZ.- Un equipo compuesto por tres enfermeras y un técnico de radiología ha diseñado un nuevo sistema para administrar la quimioembolización, una forma de quimioterapia en la que el medicamento se inyecta directamente en los vasos sanguíneos que alimentan el tumor. Si bien el órgano donde más se emplea es el hígado, este método puede aplicarse también en otros órganos.
Una realidad mejorable
En la actualidad, la quimioembolización se lleva cabo empleando una jeringa conectada a una llave de tres pasos a través de la cual se mezcla el cistostático (el fármaco que inhibe el crecimiento de las células cancerosas) con sustancias como el suero fisiológico, medio de contraste o agua destilada. Una vez realizada la mezcla se separa de la llave y se administra al paciente, aunque durante el proceso se debe ir ajustando las dosis y modificando la concentración inicial, por lo que hay que conectar y desconectar la jeringa en numerosas ocasiones.
Las enfermeras creadoras del nuevo dispositivo aseguran que durante todo el procedimiento descrito anteriormente notaron un sabor metálico que podría indicar que el sistema tradicional no era estanco y dejaba escapar algunos fluidos al exterior. “Suministrábamos la quimioterapia con una llave de tres pasos, conectando y desconectando las jeringas. Advertimos que se producían fugas de vapor y fluidos que estábamos inhalando, de ahí ese sabor metálico”, explica Feli Sanahuja, una de las enfermeras del equipo, a Diarioenfermero.es. Su compañera Marién Marín apunta: “No había ninguna válvula totalmente cerrada y hermética que impidiera escapes”. Fue entonces cuando se pusieron en contacto con el servicio de farmacia y el de innovación, y decidieron crear un sistema que protegiese tanto al paciente como al profesional.
Manos a la obra
Las enfermeras leyeron toda la bibliografía que encontraron relacionada con dispositivos de quimioembolización, hicieron muchas pruebas y en unos meses tuvieron listo el dispositivo. Éste consta de diferentes conexiones de jeringas formadas por válvulas estancas que contienen membranas y evitan fuga de vapores y líquidos. Así, permite administrar al menos tres sustancias simultáneamente: una de las conexiones se destina a realizar la homogeneización de la mezcla, mientras que en otra se conecta la jeringa con suero fisiológico, agua u otros diluyentes que se mezclan con el citostático. Se puede añadir además una tercera jeringa con medio de contraste para obtener una mejor visualización de las imágenes obtenidas en el angiógrafo.
Su principal ventaja frente al sistema anterior es que permite administrar al menos tres sustancias al mismo tiempo manteniendo la estanqueidad del sistema. También evita situaciones de riesgo para el paciente y el profesional derivados de su manipulación, al minimizar el número de conexiones y desconexiones de jeringas con cistostáticos. Marién Marín explica que, además, “se reduce el tiempo que el paciente está expuesto a los rayos, todo el que ahorramos al no tener que andar conectando y desconectando jeringas. Y a la hora de eliminar los residuos también es más seguro. Se tira directamente al cubo del grupo 4, el destinado para los citostáticos”.
La enfermera asegura que en su hospital, La Fe de Valencia, llevan utilizando este dispositivo “un año y medio, y estamos observando resultados muy positivos. Ya no detectamos ese antiguo sabor metálico porque no escapan fluidos ni vapores. Otros hospitales se han interesado por ello”.
Para proteger legalmente su invención, el Instituto de Investigación Sanitaria La Fe ha registrado en la Oficina Española de Patentes y Marcas el nuevo dispositivo bajo la fórmula de “modelo de utilidad”, que le confiere una cobertura similar al de una patente y que protege dispositivos, instrumentos o herramientas que se caracterizan por su utilidad y practicidad.
Un Comentario
Nelly
Por favor podría dar mas detalles del nuevo invento