DAVID RUIPÉREZ.- La enfermedad del pie diabético es una complicación grave de la diabetes mellitus (DM), que afecta entre el 3 y el 4 por ciento de las personas que padecen esta enfermedad en el mundo. Las posibilidades de que una persona diabética desarrolle a lo largo de la vida una úlcera en el pie oscila entre el 19 y 34%. El 70% de las úlceras de pie diabético (UPD) continúan abiertas tras 20 semanas de tratamiento, y su pronóstico se ve seriamente afectado por la presencia de isquemia o infección. Se estima que la enfermedad arterial periférica está presente en más del 50% de los pacientes con UPD, sobre todo en países de ingresos medios y altos. Por su parte, la infección afecta casi al 60% de las UPD, siendo ésta la principal causa de amputación, según reflejan distintas investigaciones.
Por desgracia, pese a este panorama, no siempre había sido posible fijar criterios comunes entre los profesionales sanitarios de distintas ramas a la hora de abordar este problema de salud de primer orden. Sin embargo, un exhaustivo trabajo interdisciplinar, recién publicado en la revista Endocrinología, Diabetes y Nutrición, ha puesto de acuerdo a enfermeras, endocrinos, cirujanos vasculares y podólogos y supone un gran salto en el manejo del pie diabético, ya que, por ejemplo, descarta la necesidad de acometer actuaciones muy corrientes y extendidas, aunque no siempre sustentadas en la mejor evidencia científica.
Tal y como explica la enfermera familiar y comunitaria y responsable de Enfermería el Centro de Salud de Goya, Ángeles Álvarez Hermida, “en enero de 2020 nos reunimos un grupo interdisciplinar formado por endocrinos, cirujanos vasculares, podólogos y enfermeras, para desarrollar un documento que incluyera acciones de mejora, recomendaciones que fueran factibles y aplicables en todo el Sistema Nacional de Salud (SNS). Esto. en sí mismo. es uno de los grandes logros del documento, puesto que todos los representantes de las sociedades científicas llegamos a un consenso en todo el proceso de atención al pie diabético, desde la estratificación de riesgo y las acciones preventivas, pasando por el diagnostico, derivación y manejo tanto de la Enfermedad arterial periférica como de la infección y el abordaje del paciente con úlcera de pie diabético donde además se incluyó un apartado de qué «no hacer».
En este sentido Álvarez Hermida recalca, por ejemplo, que el trabajo conjunto aconseja no utilizar el índice tobillo brazo (ITB) en lugar de la palpación de pulsos como primera prueba de cribado en pacientes diabéticos con úlceras en el pie. Asimismo, otras prácticas muy extendidas se revelan como no recomendables, como es el caso de las curas de inmersión en personas con diabetes. Otra conclusión interesante es que debe procederse a un vendaje completo del pie, así como recomendaciones en el uso de apósitos. El artículo recoge numerosos puntos que servirán para reducir, por ejemplo, las cifras de amputaciones, una secuela que afecta de forma dramática al día a día del paciente y de sus familias y cuidadores.
Y cómo podemos conseguir el manual publicado?
Gracias
INTERESANTE ARTÍCULO.
ME GUSTARÍA SABER QUE TÍPOs DE APÓSITOS Y VENDAGES SON LOS MAÁS RECOMENDADOS
Ó EL «enlace» DÓNDE SE PUEDAN CONSULTAR.
RACIAS