MARINA VIEIRA.- Un 50% de los pacientes con cáncer afirma haber perdido el gusto o que el tratamiento les altera el sabor de algunos alimentos, sin embargo, muchos de ellos no lo comentan por considerarlo un mal menor. Pero no lo es, una mala alimentación puede repercutir negativamente en su recuperación. Por esta razón, la Fundación MD Anderson ha desarrollado un estudio junto al cocinero de dos estrellas Michelín Ramón Freixá para elaborar un menú que ayude a estos pacientes a recuperar ese sabor perdido en el tratamiento por cáncer. Para elaborar este estudio, enfermeras, médicos y otros profesionales sanitarios han sido clave para establecer las pautas y conocer los casos. “Cuando el paciente está hospitalizado, sobre todo, estamos muy pendientes de las comidas de ver que el paciente ha tomado todos los alimentos que le hemos pasado o la comida no le ha gustado. Estamos atentos a ver si el paciente presenta los típicos síntomas de paciente oncológico con tratamiento de ‘quimio’. Pierden el gusto, el sentido del olfato a la hora de comer, cogen asco a muchos alimentos y muchas veces el paciente presenta nauseas anticipatorias. Asocia la comida a este malestar y tiene nauseas antes de que le pasemos la bandeja. Las enfermeras siempre estamos pendientes para ver cómo podemos disminuirlo” explica Mamen Gil, supervisora de enfermería en la Clínica MD Anderson de Madrid. La sanitaria del centro especializado en cáncer considera clave este tipo de iniciativas para visibilizar estas consecuencias del tratamiento. “Es un problema real y existe en la mayoría de los pacientes. Muchos de ellos no le dan la importancia real que tiene, les da como cosa quejarse de un problema que parece menor. Pero es muy importante cuando le estamos diciendo al paciente que tiene que comer para recuperarse”, puntualiza Gil.
Volver a disfrutar de la comida
Desde que se comenzó a desarrollar la iniciativa, los implicados lo tenían claro: el objetivo era que los pacientes pudieran volver a disfrutar de la comida. Se trabajó estrechamente con ellos, primero para conocer qué les producía rechazo y después para elaborar menús en los que se pudiera eliminar aquello que no les gustaba. “Lo que me contó Ana Isabel es que el huevo frito le encantaba, pero el olor le tiraba para atrás, decidí hacer un huevo frito sin olor. Separamos la clara de la yema -parecía un huevo frito- y en la yema le infiltramos pisto”, relata el cocinero Ramón Freixá. “Yo tenía una quimio muy desagradable porque no me gustaba nada entonces Ramón estudió cómo podría yo saborear un huevo frito sencillo. Oye, estaba estupendo y lo disfruté”, confirma Ana Isabel, paciente de cáncer de pulmón de MD Anderson Cáncer Center, Madrid. La idea es que estos menús, elaborados por Ramón Freixá para los pacientes que han colaborado en el estudio, los pueda realizar cualquier paciente en sus casas. Por esta razón, irán colgando recetas en la web www.elsaborperdido.com, las recetas creadas para Ana Isabel ya están disponibles y se pueden consultar a través de este enlace.
ARTÍCULOS RELACIONADOS
Enfermeras andaluzas elaboran una guía con recetas regionales adaptadas para pacientes con disfagia