REDACCIÓN.- Mazapanes, turrones, embutidos, marisco y alcohol son los protagonistas en la mesa de casi todos los hogares españoles estos días. Excesos que pueden pasar factura. Por ello, la Asociación de Enfermería Familiar y Comunitaria de Catalunya (Aificc) recomienda evitar excesos por Navidad y hacer dieta mediterránea.
Estas enfermeras recomiendan «moderación» ante los platos navideños, y recalcan que los beneficios de los hábitos saludables son numerosos y están relacionados con la mejora de la longevidad y la calidad de vida, e inciden en algunos tipos de cáncer y de patologías osteoarticulares como la artrosis y la osteoporosis, además del estado de ánimo, el insomnio y el estrés.
Según Aificc, la prevención más efectiva es una buena alimentación y combinarla siempre con el ejercicio físico: «La actividad más indicada es andar y, en los jóvenes, el uso de la bicicleta en los desplazamientos diarios y correr». Y es que la dieta equilibrada se basa en un compendio de la ingesta de alimentos, la hidratación y el movimiento. “Estos son los tres pilares sobre los que se asienta la vida sana, y el mensaje prioritario con los que educamos a los usuarios y a los pacientes. En las consultas de enfermería, y siempre de manera personalizada, adaptamos estas recomendaciones con intervenciones concretas a su ciclo vital y sus determinantes de salud. Hay que informarles para que ellos mismos sepan cómo deben afrontar estas fiestas dentro de los márgenes saludables de esos tres pilares”, explica Marilourdes de Torres, enfermera experta en nutrición y dietética.
“Cuando hablamos de dieta equilibrada y alimentos saludables no es porque sólo nos importen los kilos de más que pueda adquirir un individuo en estas fechas, el problema de las dietas muy desequilibradas es más de fondo porque supone la oxidación celular. Esto unido a la deficitaria ingesta de frutas y hortalizas crudas, conlleva poco aporte de antioxidantes por lo que el problema se potencia”, relata de Torres. Y es que durante estos días los alimentos cárnicos el exceso de proteínas, las grasas y los dulces se depositan en el organismo (arterias, hígado…) dejando huella.