REDACCIÓN.- El Colegio de Enfermería de Valencia (COENV) denuncia ante la Conselleria de Sanidad el deficiente funcionamiento del servicio de transporte que se ofrece a los enfermos renales con tratamientos de diálisis, los cuales provocan retrasos tanto a la llegada a los centros como a la salida de estos en los que pacientes después de estar cuatro o cinco horas de tratamiento se ven obligados a esperar una o incluso dos sentados en sillas.
Desde la institución se quiere recordar que cuando un paciente requiere de este servicio es porque realmente lo necesita, ya no solo por la tranquilidad que se siente, sino también por la seguridad, ya que desplazarse al domicilio después de un tratamiento resulta peligroso. Estas personas deben asumir tanto los pocos vehículos que se destinan para realizar el reparto, como su poca frecuencia. «Sólo viene una ambulancia, lo que provoca que los cuatro pacientes de una zona vayamos a recorrer, junto con los dos de la otra zona, toda la parte contraria de Valencia a nuestro domicilio, retrasando la hora de llegada y estando más tiempo del necesario viajando en la ambulancia», critica uno de los afectados que reitera que se trata de personas con problemas de salud crónicos.
Tal y como indica la institución el problema radica en la falta de recursos para las ambulancias, porque se trata de un servicio público que está subcontratado por la empresa adjudicataria. «No se está cumpliendo en ningún momento con el contrato de recogida y entrega. Por eso, estamos dispuestos a denunciar a quien corresponda por esta dejación de responsabilidades», afirman los pacientes.
Este problema se suma al de la precariedad y lentitud del transporte durante el viaje de vuelta a los hogares una vez superadas las agotadoras cuatro horas que los pacientes permanecen conectados a la máquina. Los pacientes de edad avanzada no son autónomos y necesitan de la ayuda para su movilidad, pasan horas sentados en sillas de ruedas en medio de pasillos después de un tratamiento. También se dan casos que los recogen con demasiada antelación en sus domicilios y llegan con bastante tiempo y tienen que esperar en sillas para entrar, algunos pacientes ya llegan agotados al tratamiento. En varias ocasiones envían una ambulancia para hacer el reparto de las que están destinadas a dar el servicio a la cárcel de Picassent. Un inconveniente porque esta ambulancia carece de sistema para abrir la puerta desde dentro y se produce un accidente, los ocupantes del interior no podrían salir y quedarían atrapados.
Por todo ello, desde el COENV han manifestado una queja formal ante la Conselleria de Sanidad para subsanar el problema y poder dar un servicio de calidad a todos los pacientes con enfermedad renal.