GEMA ROMERO.- ¿Se debe optar por la especialidad de enfermería de urgencias y emergencias, o por la enfermería de práctica avanzada? ¿Son excluyentes? Bajo esta premisa se inauguraban las Jornas Internacionales de Enfermería del SUMMA 112 que se han celebrado en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid con el lema “Summando cuidados: una mirada al futuro” a la que han asistido cerca de 200 enfermeros.
Para José Luis Pérez Olmo, director de enfermería del SUMMA 112 “tenemos que empezar a pensar qué queremos hacer en estos próximos años, ¿para quién? para los pacientes y para las familias ¿por qué? Porque queremos mejorar su calidad de vida y su ámbito salud”, ha señalado en declaraciones a DiarioEnfermero.es.
Para Victor Sánchez Castrillón, coordinador de enfermería en las urgencias del Hospital de Plymouth (Reino Unido), y encargado de la conferencia inaugural, este futuro ha de pasar por regular y reconocer la práctica avanzada en los servicios de urgencias y emergencias, pero de la mano de la especialidad. “Son las dos cosas. Yo creo que para ser un enfermero de práctica avanzada tienes que ser un enfermero especializado. Tienes que demostrar un nivel de especialidad o de experto en esa área de la práctica clínica, como las urgencias y emergencias, y luego puedes empezar a construir un poco tus habilidades de práctica avanzada. La práctica avanzada es un nivel, no es un rol específico de una enfermera solo. Demostrando esa especialidad, y podría ser parte del programa del EIR, se podría empezar a promover y a crear la práctica avanzada de enfermería en urgencias y emergencias de forma regulada”, ha señalado.
A lo que José Luis Pérez Olmo, director de enfermería de Summa 112, añade que “enfermeras más expertas, enfermeras más cualificadas con reconocido prestigio, salvan más vidas. Eso es indiscutible”, ha destacado.
Por su parte, para Jesús Sanz Villorejo, presidente de la Asociación Nacional de Directivos de Enfermería (ANDE), el liderazgo en materia de urgencias y emergencias ha de ir en un doble sentido, adoptar “decisiones orientadas a los ciudadanos y decisiones orientadas a mejorar el entorno, a mejorar la formación, a mejorar las competencias y las capacidades de los profesionales”.
Los asistentes también parecen tener claro hacia dónde debe dirigirse la enfermería de urgencias y emergencias. Así, para Sara Navarro, supervisora de enfermería de SUMMA 112, “debemos encaminarnos a avanzar en la adquisición de competencias y en el desarrollo de nuevos perfiles profesionales, incluyendo la enfermería de práctica avanzada en el campo de la urgencia y la emergencia”. Por su parte para Mario Martín, también enfermero de SUMMA 112, considera que “para crecer no hay límite, pero sí es cierto que hay que tener un camino, visualizar un camino con objetivos a corto, medio y largo plazo. La visión es crecer como enfermería, afianzar nuestros conocimientos y sobre todo aumentar la calidad que damos a nuestros pacientes, ese es nuestro foco de atención siempre”.
Prescripción enfermera
Durante dos días diversas mesas redondas los ponentes han analizado temas como los aspectos jurídicos y legales, la innovación en gestión, la investigación y formación en el ámbito de urgencias o la prescripción enfermera.
Para Sánchez Castrillón resulta evidente que en materia de prescripción enfermera “a veces hay que hacer oídos sordos”. Lo que sí considera muy importante es “evidenciar la seguridad del paciente, la efectividad a la hora de prescribir… Para mí, yo creo que lo que hizo muy bien Reino Unido fue empezar a identificar estos elementos de calidad que estaban vinculados a la práctica de la prescripción enfermera y empezar a evidenciarlos de manera anual para demostrar que es una práctica segura. En España hay que empezar a evidenciar que la prescripción enfermera es efectiva y es segura”, ha subrayado.
Por su parte para el director de enfermería de SUMMA 112, en todo caso la prescripción enfermera “tiene dos aspectos fundamentales, por un lado la generación de guías clínicas de consenso y procedimientos que dan soporte y respaldo a los profesionales y un punto de encuentro que reporta seguridad jurídica, tanto a los médicos que no están de presencia física, que están en un centro de coordinación y que hacen una indicación farmacológica, como a las enfermeras que están a pie de cama del paciente. Todo esto tiene que estar basado en guías y en procedimientos porque es el espacio de encuentro para la buena praxis”, ha destacado.
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