Las enfermeras de la Unidad de Arritmias del Hospital Clínico Lozano Blesa, de Zaragoza, son las encargadas de realizar el seguimiento remoto de pacientes a los que se les implanta un dispositivo cardiaco, como marcapasos, desfibriladores o, incluso, holter insertable. Una práctica que llevan realizando desde 2020 y que mejora la calidad de vida de los pacientes, evita consultas innecesarias y reduce los ingresos hospitalarios.
“Entregamos a los pacientes un trasmisor que ponen en la mesilla de su dormitorio y por este realizamos las revisiones de sus dispositivos de manera telemática sin que el paciente tenga que venir a la consulta, salvo en situaciones en las que hay que ajustar sus parámetros”, explica Laura Sorinas, enfermera de práctica avanzada de la Unidad de Arritmias, en el Hospital Clínico Lozano Blesa (Zaragoza).
Detección precoz
La detección precoz de distintas complicaciones aumenta la seguridad del paciente y ayuda a anticiparse en la toma de decisiones clínicas. “Tenemos una población muy envejecida y muy dispersa, por lo que, si el dispositivo funciona correctamente, el paciente no tiene que desplazarse. Nos envían todos los datos, hacemos las revisiones y les enviamos el informe a su casa también. Ya no necesitamos que vengan, salvo en situaciones que requieren una revisión presencial”, apunta la enfermera.
En este sentido, también asegura que pueden ver de forma más precoz disfunciones de los propios dispositivos. “Podemos detectar una posible caída del electrodo, eventos arrítmicos tanto auriculares como ventriculares… cualquier anomalía para poder ajustar el tratamiento si es posible o remitirlos a urgencias directamente si se necesita”, puntualiza.
Conexión
Todas las noches el dispositivo hace una conexión de manera automática; si no hay ningún problema, no envía la información cada día, sino cada cierto tiempo, pero, si surge un evento importante o una medición de algún parámetro que no está dentro del rango avisa a las enfermeras según la gravedad para decidir si se actúa de forma más o menos rápida.
“Aquellos que requieren una cita presencial vienen y en la consulta se vuelve a revisar. Hacemos las pruebas pertinentes para ver los distintos parámetros y comprobar si son correctos o no. Incluso, a lo mejor, tenemos que hacer pruebas adicionales como una radiografía para ver si el cable se ha movido. Si esto ha ocurrido, hay que volver a intervenir para colocarlo”, subraya.
Dependencia
Aunque ha costado un tiempo implantarlo porque los pacientes al principio tenían dependencia de ir a las consultas, en estos momentos está todo muy aceptado. “Si un dispositivo se coloca y funciona correctamente, vemos muy poco al paciente, solo si necesitamos ajustar algún parámetro”, comenta.
Además de esto, las enfermeras de la unidad también ponen a disposición un correo electrónico y un teléfono para cualquier duda que tengan durante el horario de la consulta.