MARCELO CURTO/I.BALLESTEROS.- A principios de año, el Colegio de Enfermería de Bizkaia constituía la Comisión de Enfermería Pediátrica con el objetivo de poner en el lugar que se merece a la enfermería pediátrica, unas profesionales indispensables para el cuidado de los menores que se encuentran en una situación de desigualdad y de discriminación. “Esta comisión surge de la necesidad cada vez más acuciante de que la enfermería pediátrica tenga el lugar que necesita y la identidad que merece dentro de la sociedad, de las organizaciones y del propio sistema de salud. Nuestra especialidad cuenta desde el año 2010 con un programa formativo de dos años en el que nos capacitamos a través de múltiples rotaciones. Asimismo, otra de nuestras necesidades es conocernos y reconocernos como colegas de especialidad para poder trabajar en la misma dirección y generar beneficios en la salud de los niños y adolescentes vascos. Todo esto, contando con la infraestructura y medios que nuestro Colegio de Enfermería de Bizkaia nos proporciona”, afirma contundente Ignacio Valverde, coordinador de la Comisión y enfermero pediátrico.
Roles
Tal y como indica este enfermero en la entrevista concedida al Colegio de Enfermería de Bizkaia, la enfermera pediátrica está totalmente capacitada para proporcionar cuidados “especializados de forma autónoma, durante la infancia y adolescencia, en todos los niveles de atención, incluyendo la promoción de la salud, la prevención de la enfermedad y la asistencia al recién nacido, niño o adolescente sano o enfermo y su rehabilitación, dentro de un equipo multiprofesional y en colaboración con enfermeras especialistas en otras áreas”, continúa Valverde.
Sin embargo, a pesar de su importancia, el número de enfermeras especialistas en pediatría sigue siendo insuficiente. “En lo que respecta a plazas de Formación Sanitaria Especializada el número es claramente insuficiente para poder realizar el cambio generacional al que nos enfrentamos actualmente, y otro de nuestros retos será poder afrontar la formación de todos los especialistas que van a ser necesarios en un futuro próximo”, explica el coordinador.
Falta de reconocimiento
La creación de esta Comisión más allá de reivindicar la falta de especialistas, viene a demandar el desconocimiento y la ausencia de reconocimiento por parte de la sociedad que estas enfermeras sufren más allá de sus especialidades. “Existe una diversidad de estereotipos que desvirtúan nuestra realidad y, que incluso se observan dentro de los equipos sanitarios. Aún se sigue perpetuando el término ATS y mucha gente desconoce incluso que se trate de una carrera universitaria, no existe identidad propia y la ciudadanía no tiene claras las funciones ni sabe en qué puede ayudarle una enfermera más allá de inyectables o curas”, demanda Valverde.
Potenciar la formación
Una de las principales finalidades de esta Comisión es potenciar la formación continuada de esta especialidad desde el propio Colegio de Enfermería, quien les otorgará los apoyos, herramientas y recursos que necesitan. Sin embargo, desde la coordinación de esta Comisión siguen insistiendo en la necesidad de reconocimiento para potenciar esta formación especializada. «A día de hoy contamos con un número indeterminado de especialistas por vía excepcional que, por organización del sistema, se encuentran desempeñando su labor como generalistas. Sería muy útil su identificación y captación para que, tanto el sistema como los niños, puedan aprovechar sus conocimientos. Por otro lado, hay un número muy importante de enfermeras que desempeñan su trabajo en el ámbito pediátrico y que cuentan con años de experiencia y formación, pero es esencial identificarnos y que se nos reconozca», continúa.
Para cumplir con el objetivo de potenciar la formación, la primera iniciativa que va a emprender esta Comisión es la detección y el diagnóstico de necesidades formativas «en el que ya hemos empezado a trabajar. No obstante, en términos generales siempre hay temas que están en boga como la reanimación cardiopulmonar, la ventilación mecánica y el desarrollo de competencias de práctica avanzada pediátricas que requieren de mayor reciclaje y capacitación. Esperamos que, poco a poco, pongamos en marcha una línea formativa para todos aquellos colegiados que estén interesados», explica Valverde.
Retos
En esta situación, desde la coordinación de la Comisión consideran que «los retos de futuro van encaminados hacia la necesidad urgente de que la sociedad, los profesionales y las organizaciones conozcan y reconozcan la enfermería pediátrica y los beneficios que reportaría tanto para la población infantil como para la salud de la población en general. Por otra parte, el gran reto de la Comisión y de los profesionales que formemos parte de ella sería lograr la visibilidad e identidad que la profesión necesita, y por ende la especialidad», concluye este enfermero pediátrico.