IRENE BALLESTEROS.- En el Hospital Universitario Niños Jesús la atención integral a los menores que precisan un ingreso en UCIP no termina cuando el paciente recibe el alta de la unidad, sino que continúa de forma ambulatoria con la denominada consulta post-UCIP. Se trata de una consulta multidisciplinar compuesta por una enfermera, una intensivista pediátrica y una psicóloga.
Los pacientes que han requerido ingresos prolongados en la UCI presentan situaciones agudas como politraumatismos, shocks sépticos o son niños que han necesita
do ventilación mecánica invasiva en la que al menos una de sus esferas básicas se ha visto perjudicada. El ingreso de un niño en la UCIP es duro para todos. El personal sanitario, la familia y el paciente se convierten en una unidad que lucha mano a mano con un único objetivo: que el paciente se recupere lo antes posible.
Por ello, cuando estos pacientes reciben el alta de la unidad de cuidados intensivos, el papel de la enfermería se presenta imprescindible, llegando a convertirse en un verdadero refugio para ellos. La enfermera los acompaña durante todo el proceso, desde su ingreso, hasta más allá de su alta hospitalaria, ya que gracias a la consulta post-UCIP siguen en contacto a través de consultas ambulatorias que tienen como objetivo el seguimiento físico y psicológico de paciente y familia. “En la consulta pediátrica se hace una valoración integral de las tres esferas que pueden verse afectadas en el niño, tanto la física, como la cognitiva como la emocional y psicológica. La consulta está compuesta por una médica del centro de Cuidados Intensivos, una psicóloga y una enfermera. El papel de la enfermera dentro de la consulta consiste en ayudar a la valoración del niño a través de los cuestionarios sobre la calidad de vida del paciente. Además, realizamos distintas técnicas como análisis de sangre, pesaje, tallaje toma de constantes, y también realizamos consultas telefónicas tanto con la familia como con el paciente”, afirma Andrea Ibáñez, enfermera en la UCIP y la consulta post-UCIP del Hospital Niño Jesús.
Consulta enfermera post-UCIP
Tras el ingreso en la UCIP, las enfermeras continúan con un seguimiento total para poder dar cobertura a futuros problemas que puedan presentar no sólo los pacientes, sino también sus familias, un elemento que sufre sobremanera el ingreso. A través de la historia clínica, de una exploración física y de un análisis psicosocial, se evalúa la recuperación de los pacientes y sus familias tanto desde el punto de vista físico, como psicológico. Aquí las enfermeras juegan un papel esencial. “El papel de las familias es muy importante en este proceso. No sólo atendemos al paciente sino a todo el entorno familiar, ya que familia y equipo multidisciplinar es una unidad. Es cierto que las familias pueden desarrollar también síndrome post-UCIP en el que puede verse afectado su estado mental”, continúa la enfermera.
Consecuencias del ingreso
Tras el ingreso en una UCIP, sea cual sea la causa, pueden aparecer problemas de sueño, ansiedad o síntomas de estrés. En un estudio realizado en el Hospital Niño Jesús, con más de 30 niños, se ha determinado que aquellos que pasan por la UCIP se cansan más o les cuesta retomar actividades rutinarias. Asimismo, la familia -elemento clave en la recuperación del paciente- también se ve psicológicamente afectada por el ingreso en muchos casos. “Tras su ingreso en la UCIP, los pacientes que acuden a la consulta presentan sobre todo problemas físicos como psicológicos y cognitivos. Físicamente los síntomas que más estamos viendo es cansancio, desde el punto de vista psicológico vemos que les cuesta dormir, tienen ansiedad y que les cuesta volver a retomar el colegio o actividades normales. Desde el punto de vista cognitivo, los síntomas que más apreciamos es que les cuesta concentrarse”, cuenta María Laviña, enfermera UCIP y post-UCIP del Hospital Niño Jesús.
Durante el desarrollo de las consultas, las enfermeras de UCIP y post-UCIP tienen un seguimiento total del niño, ya que no sólo los ven durante el ingreso, sino que les siguen valorando en la consulta, por lo que se convierte en un proceso cerrado donde ni paciente ni familia se encuentran solos. “Después de recibir el alta del ingreso vamos viendo el cambio que han tenido en casa y cómo han ido progresando. El papel de las enfermeras aquí es muy importante porque vemos la evolución completa del paciente y cómo continúa con su tratamiento”, concluye la enfermera.