RAQUEL GONZÁLEZ ARIAS.– Antonio Miguel Cano Tébar es un apasionado de su profesión, la enfermería, y del dibujo. De hecho, fue el dibujo antes que la enfermería y la segunda nace del primero. Así lo cuenta este enfermero de Ciudad Real, Antonio Miguel Cano Tébar, a Canal y Diario Enfermero: “mi pasión por la enfermería surge a raíz de un accidente que tuve dibujando. Yo era muy pequeño, se me escurrió el cristal de la mesa y me corté una mano. Mi madre, que era enfermera, fue quien me cosió el dedo y en ese momento empezó a calar en mí la idea de curar y cuidar a los demás”.
Medicina Creativa
Durante mucho tiempo, Antonio dedicó sus ratos libres al dibujo de súper héroes, algo que sigue haciendo para liberarse del estrés del día a día y que le ha llevado incluso a ‘flirtear’ con Marvel, pero al que ha añadido un nuevo registro: la creatividad al servicio de la salud.
El punto de inflexión lo marca, en 2018, su contacto con el movimiento internacional Medicina Gráfica, en el que se involucra gracias a un compañero, el médico Alejandro Martínez Álvarez. Aquí, nos explica, entra en contacto con otros profesionales, muchos de ellos también sanitarios, que “enfocan el trabajo artístico al servicio del paciente. Eso supone para mí un giro radical, algo totalmente inesperado y me da alas a hacer cosas nuevas, diferentes”.
Consuelo del Ángel
Entre otros trabajos, realiza una ilustración, Consuelo del Ángel, que es seleccionada como mural para rendir homenaje a los profesionales sanitarios en el hospital en el que trabaja, el Santa Bárbara de Puerto Llano.
La gran acogida de este nuevo proyecto le trae otro reto. En esta ocasión, es una médica, María del Mar Romero, quien se lo plantea: un cuento ilustrado para explicar a los niños cómo enfrentarse al coronavirus cual superhéroes. Y ahí converge el trabajo de María del Mar, junto al de Antonio y al de Alejandro, un trabajo cuyo resultado es “Únete a los Héroes Contra la Covid-19”. En él, explica Antonio, “hablamos de buenas acciones, que realizan los superhéroes, y de malas acciones, que realizan los villanos. Nuestra intención es que los niños, al hacer buenas acciones, se convierten en súper héroes que luchan frente al coronavirus”.
Entre los personajes que dan vida a la historia, que transcurre en la imaginada Ciudad Salud, se encuentran +K (mascarilla), Hissopo y Jeringuito que luchan frente al COmandante Vid (COVID) y sus secuaces. No faltan personajes secundarios como los Barbilleros (por su mal uso de la mascarilla) o los Pasodetodo-s (su nombre lo dice todo) y, por supuesto, los niños convertidos en súper héroes, como la Chica Distante.
Colegio de Ciudad Real
El libro cuenta desde el primer momento con el apoyo del Colegio de Ciudad Real que ha impreso ya 3.000 ejemplares que pretende distribuir, siempre con las máximas garantías de seguridad, dada la situación, entre los hijos de los colegiados y alumnos de la provincia que tengan de 6 a 8 años, edad a la que va dirigido.
Su presidente, Carlos José Tirado, que no dudó ni un momento en respaldar el proyecto, nos habla de así de sus autores: “son excelentes profesionales y excelentes personas. A Antonio le encanta dibujar, Alejandro es experto en cómics sanitarios y Mar lo es en formación por lo que el proyecto no ha podido estar mejor encauzado desde el principio. Los tres, además, han estado en primera línea frente al COVID. En el caso de Alejandro y Antonio, que tienen también una actividad docente, decidieron delegarla en otras personas para acudir a todas las residencias del área sanitaria de Puertollano. Lo mismo María del Mar, que dejó la docencia para dedicarse a la actividad asistencial”.
El final de la vida
No hemos podido resistirnos a preguntar a Antonio, que trabaja en Paliativos, por su experiencia en los últimos meses. Antonio, que es un gran defensor de la humanización de los cuidados, reconoce que ha sido muy duro, pero también muy gratificante porque “hemos podido pelear por algo en lo que yo creo mucho que es la muerte en casa. En mi labor en Cuidados Paliativos siempre he defendido que en la medida de lo posible es mejor morir en casa, arropado por la familia, que en un hospital, aunque sea en la Unidad de Paliativos. En los meses de confinamiento, por ejemplo, hemos tenido que ‘romper’ algunas normas porque hemos tenido que decir a algunos familiares de pacientes que su padre, por ejemplo, iba a fallecer en cuestión de horas y que si quería despedirse tenía que arriesgarse, eso sí, siempre en la medida de lo posible, una persona sola y tomando todas las precauciones. Debemos cuidar, en lo que se pueda, del final de la vida de las personas”, concluye Antonio.
Precisamente, los cuidados paliativos son el eje en torno al cual girará su próximo proyecto creativo, una novela gráfica que pretende reflejar una cuestión todavía no resuelta en la que queda mucho trabajo por hacer.