REDACCIÓN.- La tarea no era sencilla: vacunación masiva para los inmigrantes que residen en asentamientos chabolistas próximos a explotaciones en las que poder trabajar, algo que ha sido el punto de partida para que la Junta de Andalucía, las ONG y el personal enfermero y sanitario pusieran en marcha el dispositivo para llevar la vacuna del COVID-19 a los más desfavorecidos: “Nosotros establecemos la vacunación según grupos de población, desde junio la población vulnerable sin hogar estaba catalogada de personas de riesgo, es decir, gente sin hogar en general, personas en riesgo de exclusión social y con dificultades de acceso al sistema sanitario”, explica Evelia Tudela, directora de la Unidad de Gestión Clínica de Níjar (Almería).
Los asentamientos son núcleos en los que la población forma viviendas chabolistas con alta concentración de inmigrantes. Según las cifras que manejan las ONG, el total de esta población en Níjar asciende a unas 5.000 personas, sin duda alguna, todo un reto al que se enfrentan a diario en este punto de vacunación: “Ha sido muy satisfactorio. Era una intervención muy necesaria tanto a nivel sanitario como a nivel de la salud pública, y la gente lo ha entendido. Cada vacuna que ponemos es un halo de esperanza para terminar con este virus”, señala Tudela.
La vacunación en cifras
Llevar a cabo una acción sanitaria de esta envergadura con población itinerante, como los temporeros -que pueden estar en Níjar y a la semana siguiente desplazarse al poniente almeriense o a Murcia-, supuso decidir que lo más práctico era optar por el inyectable monodosis de Janssen: “Para este grupo de riesgo, la vacuna más óptima es la de Janssen, porque al ser población flotante hoy están aquí y mañana en El Ejido”, apunta Tudela. Asimismo, la directora de la Unidad de Gestión Clínica de Níjar pone de relieve la velocidad de la vacunación: “Hemos tenido un ritmo de vacunación de 800 vacunas diarias, llegando a poner 2.300 dosis en cuatro días. La jornada empieza desde por la mañana temprano, sobre las 9.00 horas, hasta pasadas las 21.00 de la noche”, destaca Tudela.
Todo esto no hubiese sido posible sin la colaboración de ONG como Almería Acoge, Cepaim o Cruz Roja, que, junto con todo el personal enfermero y sanitario, y Protección Civil, han trabajado en red para llevar a cabo todo tipo de logística y gestiones de situaciones muy heterogéneas. Sin duda alguna una labor encomiable que demuestra un firme compromiso del colectivo enfermero con los más desfavorecidos.
El puesto inicial de vacunación se situó en una explanada en San Isidro, en una carpa montada y acondicionada para tal intervención. A mediados del mes de junio, el Ayuntamiento de Níjar cedió las instalaciones del Centro de Exposiciones y Congresos de Campohermoso para continuar con la intervención sanitaria.
“El hándicap que teníamos era llevar la vacunación a esos asentamientos en los que no había nada. El equipo ha respondido con creces. Hemos duplicado el número de dosis que teníamos previsto. Ha superado ampliamente todas nuestras expectativas. Es un orgullo el equipo de enfermería y de administrativos que ha estado trabajando”, concluye Tudela.