EUROPA PRESS.- Enfermeros del área de A Mariña (Lugo) han investigado, durante tres años, la relación existente entre el dolor de espalda de los escolares y el peso de las mochilas que llevan, con el objetivo era evaluar si una intervención educativa es efectiva para reducir el peso de la mochila y, a su vez, el dolor de espalda entre los estudiantes.
Los responsables del estudio han concluido que dicha intervención para la reducción del peso de las mochilas entre los menores fue «significativamente positiva».
De los 1.668 estudiantes de once institutos de secundaria del norte de la provincia de Lugo que participaron en el proyecto, un 30% de las niñas y un 21,5% de los niños manifestaron una disminución del dolor de espalda, tras la intervención educativa de los enfermeros, según un comunicado emitido por la Xunta y el Servicio Gallego de Salud (Sergas) este miércoles. Aunque en el caso de los niños, han apuntado que la reducción del peso de sus mochilas fue «poco significativa».
Al respecto, la encargada del estudio y enfermera del punto de atención continuada (PAC) de Burela, Paloma Rodríguez Oviedo, ha declarado que «una intervención simple de enfermería en el ámbito escolar es una manera efectiva para reducir este importante problema y para prevenir problemas mayores en el futuro entre los escolares».
El estudio, que ha sido publicado recientemente en la revista científica ‘Nature’, ha estudiado durante tres años los hábitos de carga en las mochilas y sus consecuencias en los estudiantes de secundaria del área de A Mariña con edades comprendidas entre 12 y 16 años.
«ALTA» PROPORCIÓN DE MOCHILAS PESADAS
Con este estudio los profesionales también constataron que existía una «alta» proporción de escolares que llevaban mochilas pesadas durante la jornada escolar.
Y es que han señalado que entre un 66% y un 80% de ellos llevan mochilas que superan su peso corporal en un 10%. Con estos datos, también han determinado que la incidencia de dolor de espalda en la muestra fue de un 41% entre las chicas y un 21,8% entre los niños.
Su metodología de trabajo se basó en la comparación de estudiantes que habían recibido intervención educativo-sanitaria con otros que no habían recibido ninguna. Las intervenciones fueron de diferente naturaleza, como charlas y propuestas educativas, asesoramiento sobre la práctica de ciertos deportes y consejos sobre hábitos de posturas correctas, entre otros.