D. RUIPÉREZ / A. ALMENDROS.- La incontinencia urinaria es un problema muy frecuente que los pacientes siguen ocultando, entre otros motivos, por vergüenza y por pensar que no tiene solución. Suele asociarse a gente mayor, sin embargo, mucha gente joven, especialmente deportistas, también la sufren. Laura Martín Losada, enfermera responsable de Incontinencia Urinaria del Hospital de Guadarrama (Madrid) habla sobre el manejo de estos pacientes en Canal Enfermero.
Al hablar de incontinencia pensamos en personas mayores, y no sólo les afecta a ellos, ¿verdad?
Efectivamente, la incontinencia puede afectar a cualquier edad. Hay incontinencia en la infancia, desde la enuresis nocturna; también existe en el adulto joven. Ahora, por ejemplo, se están viendo en muchos deportistas de competición, gente que realiza actividades de ejercicio físico de impacto y se está viendo que todo ese tipo de ejercicio supone un esfuerzo mayor y genera incontinencia. Luego también puede haber otros problemas de salud por los cuales las personas tengan incontinencia.
Recientemente has publicado una guía sobre incontinencia junto otros compañeros expertos en este campo, ¿qué crees que puede aportar esta publicación a los profesionales sanitarios?
La guía es un resumen de las recomendaciones más actualizadas que existen ahora mismo en incontinencia urinaria en todo su proceso: el diagnóstico, la valoración y el tratamiento. Y hemos incluido, de forma breve, cómo son las actuaciones o cómo tienen que ir encaminadas para abordar la incontinencia urinaria. Esperamos que sirvan y sean útiles para el resto los profesionales que lo necesiten.
En la guía habláis también del mal uso de los absorbentes que puede generar muchísimos problemas a los pacientes, ¿cuáles son?
Los productos de incontinencia, como cualquier otro producto, hay que usarlos de forma adecuada. No hay que poner productos en exceso como, por ejemplo, poner un doble pañal para ahorrarme un cambio. Eso no, porque al final lo que estamos haciendo es que la piel no transpire, que haya más humedad, que haya más riesgo de infección urinaria, de dermatitis.
No es una práctica aconsejable. Hay que usar lo que se necesita en cada momento. También existe una falsa creencia o una rutina a veces establecida en la que cuando sobre todo las personas mayores ingresan en los hospitales les ponen un pañal; en personas que son continentes en su casa lo hacemos mal en el hospital porque fomentamos esa incontinencia. Acomodamos a las personas a no tener que hacer ese esfuerzo de levantarse a un cuarto de baño y, por tanto, hacemos todo lo contrario a lo que debemos hacer.
¿También influye escoger una talla correcta de absorbente?
Sí, porque al final la talla influye en la fuga, por ejemplo. Al final si tú usas un pañal más grande, por ejemplo, o más pequeño, puede haber un escape por fuera del pañal incomodando a la persona que lo lleva.
Además, hay un capítulo en la guía dedicado a las heridas y a las lesiones cutáneas que pueden causar los absorbentes y se ven que son heridas muy graves.
Sí, de hecho, hay muchas dermatitis o heridas provocadas por la humedad. Y gran parte del problema puede ser por mal uso y por no trabajar la incontinencia para que los pacientes puedan tener el mínimo número de episodios posibles de pérdidas de orina.
La incontinencia, sobre todo en gente de 40 o 50 años, puede afectar a su vida diaria, ¿qué impacto psicológico tiene en los pacientes?
Me parece importante que las personas no lo entiendan como un problema tabú y acudan a su médico o a su enfermera a contarle su problema, porque lo primero es que hay tratamiento y se pueden hacer una serie de intervenciones, desde terapias conservadoras hasta farmacología o incluso una intervención. Es fundamental que sepan que existen tratamientos que se les pueden ofertar. Y desde el aspecto psicológico viene muy bien hablarlo con la enfermera y ver de qué manera le afecta y cómo le podemos ayudar. Esto es algo muy personal y cada persona tiene qué es lo que le provoca esa sensación. Pero es cierto que existen muchos problemas psicológicos. Es una cuestión higiénica, social… una cuestión íntima, y que en un momento dado te impide llevar una vida normal.
¿Se puede prevenir la incontinencia?
Existen unas recomendaciones básicas. Evitar el sobrepeso y la obesidad, sobre todo en la mujer, porque la anatomía del suelo pélvico lo que hace es que se deteriora y cuanta más presión estamos metiendo ahí más daño hacemos a esa musculatura y puede favorecer a la incontinencia. Así que como consejos generales está tener un peso normal, realizar los ejercicios de suelo pélvico, pero el uso de peso como cono o bola china tiene que verlo un profesional, porque si metemos más peso a una musculatura que ya está dañada lo estamos haciendo mal, tenemos que ver qué capacidad tiene ese suelo pélvico y en función de eso hacer un buen uso de esas ayudas. Como recomendaciones generales está el control de peso, los ejercicios de suelo pélvico están recomendados, y llevar una vida activa con un ejercicio físico ligero o moderado.