GEMA ROMERO.- Junto a problemas de gran envergadura, existen otros menos graves pero que tienen un gran impacto emocional en los niños. Lo bueno es que tienen solución. Es el caso de la incontinencia urinaria nocturna o enuresis, una enfermedad muy frecuente que afecta al 16% de los niños de 5 años, al 10% de los de 6, y al 7,5% de los de 10 años. Hablamos con Cristina Pablos Mur, enfermera de Atención Primaria en Zaragoza sobre cómo detectarla y cómo ayudar a estos niños y sus familias para evitar el estigma.
¿En qué consiste la enuresis?
La enuresis se caracteriza por la pérdida incontrolada de orina durante el sueño, niños que mojan la cama sin despertar, a una edad en la que ya deberían controlar esfínteres. Los expertos hablan de enuresis de 5 años en adelante y, como mínimo cuando se orinan entre dos y cuatro noches al mes, durante al menos tres meses consecutivos.
Se trata de una enfermedad que afecta a un número importante de niños. De hecho, se estima que afecta al 16% de los niños de 5 años, al 10% de 6 años y al 7,5% a los 10 años. Lo peor es que, de no abordarse, puede persistir hasta la adolescencia y en número muy bajo de casos hasta la edad adulta. Además, afecta mucho a los niños que sienten vergüenza porque pueda conocerse su problema y, para esconderlo, dejan de hacer cosas propias de su edad.
¿Cómo se detecta?
En España los niños se someten de manera regular a revisiones por parte de su pediatra y su enfermera dentro del programa que conocemos como “Niño sano”. En ese momento preguntamos al niño y a los padres si se orina en la cama y con qué frecuencia lo hace, lo que nos permite determinar si nos encontramos ante un caso de enuresis primaria monosintomática, que es como la denominamos en la consulta. Es importante que las enfermeras preguntemos sobre esta cuestión, pues hay muchos padres que lo consideran algo normal y no nos lo comentan.
Si tenemos sospecha, el pediatra les entregará un calendario miccional para que marquen las noches en la que el niño despierta seco o mojado y, con esa información y una exploración, se podrá diagnosticar.
¿Qué papel juega la enfermería en esta patología?
Nuestro papel es fundamental para la detección de la enfermedad, pues somos quienes, en primera instancia, preguntamos al niño y su familia si existe el problema. De tener sospechas, se pueden aplicar unas pautas de conducta como evitar la ingesta excesiva de líquido por las noches, refrescos de cola y otros que pueden interferir en la cantidad de orina del niño. Seguiremos cada caso y, si el problema persiste, el pediatra realiza una exploración y un estudio para diagnosticar la patología y tratarla si fuera necesario.
¿Cómo deben actuar los padres ante un hijo con enuresis?
Nuestra recomendación es que, ante cualquier duda nos consulten. Si sospechan que su hijo puede tener enuresis que nos pregunten, pues nos encontramos con muchos casos en los que por vergüenza no lo hacen y las consecuencias son peores. Por ello, si pasados los 5 años el niño sigue mojando la cama por las noches, algo que fisiológicamente ya no debería ocurrir, que nos pregunten y consulten; esta es la mejor manera de ayudar a sus hijos.
Además, les pedimos que no castiguen ni recriminen a su hijo, pues no mojan la cama por la noche por vaguería o dejadez; les explicamos que es algo que no pueden controlar y que no depende de ellos, que se trata, en muchos casos, de un problema físico con solución.
La enuresis tiene gran repercusión en los niños, muchos no salen de casa, no acuden a campamentos de verano o colonias y no duermen fuera de casa por vergüenza. Por eso, es importante que, ante la mínima sospecha, nos consulten. Les explicamos que la enfermedad tiene un componente hereditario importante, que se debe a un problema físico en el 90% de los casos y solo el 10% restante tienen causa psicológica.
¿Qué se le puede decir a un niño que tiene este problema?
Es muy importante hablar con ellos con normalidad, dándole la importancia necesaria al problema y haciéndole entender que él no es responsable de lo que le pasa, que es algo que les ocurre a muchos otros niños y que tiene solución. Intentamos que no se sientan culpables, pues la enuresis tiene un gran impacto en su autoestima, su bienestar emocional, su actividad y rendimiento escolar y social.
¿Cómo se puede luchar contra el estigma que sufren estos niños?
Normalizando el problema, hablando de él con naturalidad y dándole la importancia necesaria, haciendo entender a niños y padres que es un problema físico que escapa a su control y que tanto enfermeras como pediatras estamos aquí para ayudarles a solucionarlo.