ALICIA ALMENDROS.- Aunque muchas veces pasa desapercibida, la comunicación con el paciente es clave para mejorar el diagnóstico y su calidad de vida. Este fue el tema sobre el que giró el IV Congreso Nacional de Comunicación con el Paciente y su Familia (CIPO) celebrado en Albacete. “Hablamos de personas que están pasando por un duro trance personal que les hace sentirse más vulnerables y para quienes una palabra inadecuada puede complicar el proceso de recuperación o puede resultar clave para minar su ánimo o esperanzas en la recuperación”, expuso Nieves García, diputada de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad de Castilla-La Mancha. García resaltó la importancia de priorizar el cómo, el cuándo y el dónde indicando que “es necesario contar con un espacio físico adecuado, amable e íntimo” y que la comunicación ha de hacerse por parte de profesionales formados para esta tarea.
Las enfermeras, las más cercanas
Entre los temas que se abordaron se encontraba la confidencialidad, intimidad y protección de datos sanitarios personales, la situación actual de comunicación en las habitaciones de nuestros hospitales y cómo mejorarla, así como la arquitectura hospitalaria y la conveniencia o no de tener habitaciones individuales. “Las enfermeras somos las profesionales que más contacto tenemos con los pacientes, siendo claves para conocer y detectar más fácilmente sus necesidades”, comentó Diego Ayuso, secretario general del Consejo General de Enfermería durante su participación. Y es que Ayuso recordó cómo “diversos estudios que recogen la opinión de los pacientes sobre la calidad de la atención recibida, constatan que los pacientes valoran positiva o negativamente su experiencia en función del trato y la relación establecida con los enfermeros”.
La intervención enfermera supone una relación con el paciente basada no sólo en el necesario contacto físico y comunicacional, sino también en el manejo de los vínculos afectivos y emocionales que se generan. “La competencia técnica y profesional es algo que se exige y se presupone, hay que añadir la habilidad en las relaciones humanes, si lo incorporamos la percepción profesional que el paciente tiene de nosotros se multiplica en positivo”, afirmó Ayuso. Las principales habilidades con las que debe contar la enfermera son la observación sistemática, la escucha activa y las técnicas de comunicación verbal y no verbal.
Falta de personal
Pero para que la comunicación entre sanitarios y pacientes fluya y sea efectiva se necesita unas ratios adecuadas. “Hemos hablado de la necesidad de mejorar la arquitectura hospitalaria, con habitaciones individuales, por ejemplo, y mejorar los tiempos de atención al paciente. Pero para ello, necesitamos más personal. Actualmente las ratios son deficitarias en lo que a enfermeras en España se refiere. En hospitalización, por ejemplo, contamos con un enfermero por cada 12 o 15 pacientes, cuando en Europa serían una por cada ocho pacientes o en EE.UU una por cada cinco pacientes hospitalizados según la ley”, relató.