REDACCIÓN.- La figura de la enfermera escolar no sólo ha sido una barrera de contención contra el COVID-19 durante los periodos más duros de la pandemia, también se ha erigido como una pieza clave en el engranaje educativo. Por ejemplo, el servicio de enfermería escolar “logra reducir del absentismo escolar (que desemboca en abandono educativo), también previene situaciones de acoso o bullying y detecta y evita casos de maltrato infantil”, según afirma el presidente del Consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana (Cecova), Juan José Tirado.
“Las enfermeras escolares han permitido corregir síntomas de maltrato infantil por parte de padres y madres hacia sus hijos al dar la voz de alarma. Detectan niños con tristeza y con signos de que han sufrido agresiones verbales o físicas. Estos casos son analizados por la enfermera y puestos en conocimiento de los servicios sociales de atención de la infancia”, concreta el presidente del Cecova.
Además, según Tirado, “se ha comprobado que los colegios con enfermera escolar elevan la media de los resultados académicos, no sólo de alumnos con problemas crónicos de salud que pueden afectar a su aprendizaje u obligar a frecuentes ausencias, sino que como resultado de su tarea de prevención y promoción de hábitos saludables tendremos alumnos con menos enfermedades (recordemos que las adicciones lo son), factores determinantes y condicionantes incluso del fracaso y abandono escolar”.
Objetivos
Las enfermeras escolares se ocupan de los crecientes problemas de salud mental, emocional, social, espiritual, medioambiental y física. Y, por otro lado, facilitan con medios y contenidos o talleres propios, adaptados a cada centro, la consecución de objetivos claros, evaluables, medibles y un plan a largo plazo. A su vez, su conocimiento del entorno, la realidad personal real de alumnos, familias y personal del centro durante toda su vida escolar con las que se desarrollan vínculos muy estrechos y su especial enfoque sanitario, la posicionan como una pieza clave.
Tal y como apuntan desde la institución, se trata de profesionales que coordinan “contenidos y estratégicas colaboraciones con otros especialistas abordando temas esenciales relacionados con trastornos como en la nutrición, las enfermedades, el acoso escolar, la prevención de drogodependencias, mindfulness, higiene del sueño, revisiones de la vista, etc.”, según el presidente del Cecova, quien recuerda que constituyen un elemento determinante para cualquier colegio promotor de la salud. La enfermera escolar ejerce un papel bisagra entre salud y educación, y puede y debe ser parte del Comité Escolar responsable de la salud, bienestar y promoción de la salud. Adaptan los Planes de Emergencia a cada realidad. Cada centro debe disponer de estos planes, pero rara vez se incorporan en éstos las necesidades concretas de algunos alumnos que pueden requerir de un protocolo específico, una coordinación concreta entre el personal escolar e incluso compañeros del alumno.
Planes de Cuidado personales
La enfermera escolar ofrece, a la par, continuidad y soporte a los Planes de Cuidado personales. Gestiona con seguridad las necesidades de controles o medicaciones rutinarias o de rescate de los casos de enfermedades crónicas como puede ser la diabetes, asma, alergias, epilepsia, entre otros, así como permitir la vuelta al cole rápida y segura de alumnos que han sufrido algún tipo de intervención u hospitalización.
Como profesional de los cuidados mantiene su vocación de educar a alumnos, docentes y familias en autocuidados, prevención y en hábitos saludables. Por ejemplo, mientras supervisa la correcta colocación de insulina a un niño diabético, puede reforzar sus conocimientos y darle consejos sobre cómo cuidar su alimentación y correcto descanso. “El hecho enseñar a todos sobre qué son algunas enfermedades, como adicciones, TCA, u otras invisibles como por ejemplo las muchas que tienen su base en problemas neurológicos, hará que los alumnos sean más empáticos y no estigmaticen a sus iguales, lo que reduce por el ejemplo el bullying que suelen sufrir estos”, insiste Tirado.
Emergencia
Entre otras funciones de la enfermera escolar se halla la valoración correcta de los casos y emergencias con criterio sanitario en caso de que se presente una emergencia, pero también si una simple herida, traumatismo leve, dolor de cabeza, estómago, mareo o reacción cutánea, pueda no ser ni tan leve como parece, ni tan grave como aparenta.
Desde el punto de vista económico genera ahorros directos e indirectos al centro escolar, ya que además de reducir el estrés y carga a profesores y personal no sanitario, permitiendo un mejor desarrollo de sus competencias educativas, también puede atender pequeños accidentes de este personal lo que evita ausencias y el consiguiente coste. Otra contención del gasto se aprecia en la reducción de la tarifa del seguro escolar (atenuación de la siniestralidad y los casos derivables a centros de salud o emergencias), y otros asociados a prevención y cumplimiento normativo o adaptación de protocolos sanitarios.