Cuatro de cada diez (43%) padres y madres madrileños con hijos entre los 0 y los 16 años reconocen que los problemas de salud de los menores afectan a la conciliación de la vida familiar/laboral, incrementándose hasta el 60% con los niños entre 0 y 3 años. Así se desprende del estudio “Salud y Enfermería Escolar: preocupación y problemas de salud en los niños y niñas madrileños”, presentado por el Colegio de Enfermería de Madrid.
Presencia
Unas cifras que, aseguran, mejorarían con la presencia de una enfermera escolar en cada centro educativo.
“Si tenemos un profesional sanitario en el centro educativo que puede actuar no se tendría que llamar a los padres para que se hiciesencargo. Si, además, se pueden prevenir situaciones que posteriormente se podrían complicar, el niño tendría menos absentismo y eso incidiría directamente en la conciliación de los padres”, explica Mar Rocha, portavoz y tesorera del Codem.
1.000 enfermeras
La Comunidad de Madrid cuenta con más de 1.000 enfermeras escolares entre la educación pública, privada y concentrada, pero no es una figura estandarizada ni reglada en toda la región. Desde el Codem apuntan que hasta el 97,8% de los padres y madres reconocen la importancia de la enfermera escolar para la educación y formación en prevención para la salud y la asistencia de los niños. Asimismo, el 95,5% cree que tener una enfermera escolar les traslada mucha seguridad.
Conectar educación y salud
“La enfermera escolar es el hilo que necesitamos para conectar educación y salud, que los alumnos puedan desarrollarse en condiciones de seguridad y bienestar y ellos mismos empiecen a autogestionarse desde pequeños sus problemas de salud. Es decir, la enfermera escolar es una herramienta clave para hacer un sistema sanitario eficiente”, destaca Alba Soilán, vocal de Innovación e Investigación de la Asociación Nacional e Internacional de Enfermería Escolar (Amece).
Ciertas patologías
En esta misma línea se expresa Natividad López, presidenta de Amece, que recalca que “es muy necesaria por esa función asistencial que realizamos tanto de manera programada con determinados niños que tienen ciertas patologías como de manera puntual y accidental de todas las urgencias que hay a lo largo del día. También es importante el rol de educación para la salud que tenemos las enfermeras y que debemos liderar de manera transversal con el profesorado”.
El informe también desgrana cómo es la incidencia de distintos problemas de salud en los niños y niñas madrileños en edad escolar. Mientras que la gripe/resfriados es la que más abunda en todas las edades, alertan del incremento del estrés o ansiedad entre los niños de 12 a 16 años (50,5%); las adicciones a la tecnología (36,1%) y el acoso escolar (21,6%). De hecho, el estrés aumenta 15 puntos con respecto a 2022, cuando también se realizó la encuesta.
Atención
Ser conscientes de que la enfermera escolar tiene una función clave en la atención a niños y niñas con patologías, pero también en la prevención, es esencial para apoyar esta figura.
“Hay déficit de enfermeras en todos los ámbitos, pero en los colegios más porque está mal pagado, no tenemos días de formación, ni muchas otras ventajas, por lo que las enfermeras prefieren irse a otros lugares con mejores condiciones”, puntualiza Natividad López.
Implantación desigual
La figura, muy valorada entre los encuestados, todavía tiene una implantación desigual no solo en Madrid, sino en toda España.
“Ahora mismo no tiene una configuración reglada, sino que ejerce unas funciones dependiendo del centro donde esté. Queremos que no solo dedique su tiempo a la atención directa a los alumnos en caso de accidentes o emergencias, sino que forme parte de esa comunidad educativa en el caso de la salud y de los cuidados”, constata Mar Rocha.