ÁNGEL M. GREGORIS.- “La enfermería es un trabajo que supone dar mucho de ti a la gente, y escribir también, pero de manera más íntima y personal”, afirma Mercedes Sáenz Blasco, enfermera riojana que acaba de publicar su primera novela, Estricnina. Sáenz comenzó a escribir cuando era una niña, pero “las cosas de la vida” hicieron que dejase de hacerlo durante una etapa de su trayectoria. Las ganas y la pasión por la escritura derivaron en que hace ya 5 años se plantease retomar esta afición, que a día de hoy compagina con su trabajo como enfermera en el Hospital de Mérida. “Desde muy chiquitita escribía poesías, canciones y algún relato, pero después empecé la carrera, a trabajar, tuve hijos y durante muchos años aparqué esta pasión. Hace unos años quise volver a escribir y di forma a algún microrrelato, me presenté a algunos certámenes, hasta que, por fin he publicado el libro”, cuenta Sáenz.
Estricnina cuenta la historia de Ignacio, un joven monaguillo que descubre que el cura al que ayuda ha envenenado a su madre y a otras mujeres. Cuatro décadas más tarde, cuando cree que ha logrado vengarse del sacerdote, el azar le coloca de nuevo frente a los interrogantes que aquel día no quiso plantearse. Así es el debut como escritora de Mercedes Sáenz Blasco, que ya prepara su segunda novela y que, aunque reconoce que no espera vivir de la escritura, lo que desea es crear historias que emocionen a la gente. “No me planteo grandes metas, disfruto escribiendo y sé que a día de hoy es muy complicado llegar muy alto en esta profesión. Aspiro a ser feliz y a emocionar a la gente. Es precioso ver que te paran y te dicen ‘oye, me ha gustado tu libro’”, resalta Sáenz.
La enfermera explica que durante dos años estuvo llevándose un ordenador portátil al hospital para ir escribiendo en sus ratos libres. “Me preguntaban que qué hacía y yo les decía que escribir y que ya veríamos lo que salía. Escribir me resulta sencillo, lo difícil es hilar una historia durante mucho tiempo y cerrarla”, subraya.
Orgullo
En el hospital en el que trabaja se ha convertido en la enfermera escritora y reconoce que es muy gratificante cuando sus compañeros se acercan y le dan la enhorabuena por su trabajo. “Ellos se sienten orgullosos de mí y este apoyo ha sido imprescindible”.
Para ella, la enfermería es su vida, la profesión en la que lleva trabajando 25 años y, por eso, en sus textos también está plasmado el mundo hospitalario. “En ocasiones he utilizado vivencias que he tenido con algunos pacientes y en Estricnina también aparecen enfermeros. Es inevitable porque es un tema que lo tengo ahí y que vivo en él”, concluye.