GEMA ROMERO.- Zulema Gancedo coordina la campaña Nursing Now en Cantabria. Cuando empezaban los casos de coronavirus en España se incorporó a la subdirección de cuidados del Servicio Cántabro de Salud, reforzando el área de salud pública para desarrollar y actualizar los protocolos y la estrategia de actuación ante el COVID-19. Pese a no estar en primera línea asistencial también ha sido uno de los profesionales que han contraído la enfermedad.

“Mi caso se sale un poco de lo que nos pensamos todos. Yo estaba en otra línea de actuación, en la estratégica, pero también me contagié. Dentro de nuestra función está el seguimiento epidemiológico de casos y a veces surgen situaciones en la que tienes que tener contacto con personas que han sido foco o que han tenido contacto con focos y quizá haya sido esa una de las formas en las que surge este contagio. No habíamos llegado al punto de confinamiento, así que el contagio también puede hacer sido de otra manera.

El 16 de marzo, mientras me organizaba para teletrabajar, empecé a tener síntomas: cefalea, dolor de garganta y mialgias, que achaqué a un proceso gripal. No lo relacioné realmente con el coronavirus. Estuve una semana con esos síntomas, en ningún momento tuve fiebre, pero el dolor de garganta ha persistido dos semanas. El 20 de marzo ya sabía que era positivo, porque en el entorno de trabajo ya habían advertido de otro caso y me llamaron para hacerme la prueba.

Desde el día 20 entonces estoy en aislamiento total, también de la familia. Por suerte en habitación con baño, con apoyo para todo, y gestionándolo con mascarilla y guantes, guardando la distancia. Los primeros días me encontraba mejor, pero hacía el 24-26 llegué a asustarme porque empecé a notar fatiga, con dolor en el pecho. Me medí la saturación y tenía 95. Como ya teníamos más información, pensé que lo mismo tendría que ingresar por neumonía, aunque afortunadamente no se ha dado el caso. He tenido días de notar falta de aire.

Soy bastante disciplinada, pero es verdad que el aislamiento se hace largo. Estaba conectada a Internet, hacía más llamadas. Tratas de ordenar el trabajo retrasado, he recuperado el dibujo, pero ha habido días muy largos, en los que la introspección es mucho más reflexiva y un poco extraña. Han sido días duros en los que estaba deseando que acabaran.

Temor por la familia

Después de pasado el susto, porque temía contagiar a los demás, a la familia, asustar a mi madre, la verdad es que la familia lo ha llevado bien, por el escenario profesional. Mi marido es médico, así que también ha estado muy implicado en el tema. Mi hijo, deportista, me ha dado toda una lección de actitud y organización. Yo he procrastinado mucho. No me podía concentrar, me pasaba el día buscando noticias y artículos sobre COVID.

El seguimiento primero fue a través de mi servicio, después con la baja, lo han hecho desde Atención Primaria, pero sabiendo que yo profesional sanitario, también más tranquilo. Ha sido una experiencia. Hoy que me he hecho la prueba, estando en mi propio coche, me encontraba muy rara, hasta para vestirme.

Esta experiencia me ha enseñado mucho, porque soy muy introspectiva. Me ha dado tiempo a sosegarme. Ha sido todo muy raro. La primera semana estaba conectada, trabajando. Me ha enseñado que somos capaces de adaptarnos a todo, en cualquier circunstancia, por un bien común, ya no por una consigna, que también. Me resulta difícil extrapolarlo. No tengo sensación de enfermedad desde hace unos días y me tienen que decir que me relaje, asumir que me tengo que cuidar.

Para mí, que ya tengo el alta, aunque formalmente no me han confirmado el negativo, pero lo será, ahora toca cambiar el chip y retomar todos los proyectos que han quedado pendientes, con Nursing Now, para cuadrar fechas.

La experiencia ha sido un hecho histórico, que ha significado una puesta en alto de muchas cosas, a nivel personal, a nivel sanitario, a nivel enfermero, en el año justo de las enfermeras. La enfermedad cada uno lo vive de una manera. Yo no lo he vivido mal, pero también es verdad que ya había pasado varios confinamientos y quizá por eso lo he pasado así. Pero salvo la semana peor, los síntomas son algo tan vírico y tan común, que yo resaltaría el miedo de los días en los que he tenido un episodio de fatiga, en los que me vía yendo al hospital y verme inmersa en todo ese circuito. Ese es el miedo que he tenido. Por otro parte el periodo raro en medio, como muerto, como oscuro, de preguntar cuánto va a durar, por qué yo. Luego lo ordenas todo y ya vuelves a la normalidad”.